jueves, 21 de diciembre de 2017

DIWALI, FESTIVAL DE LAS LUCES HINDÚ


El Diwali o "festival de las luces", es un festival hindú que dura cinco días, que se celebra en la luna nueva del mes de Kartika. El festival comienza en el día denominado Dhanteras, que se celebra el décimo tercer día lunar de Krishna Paksha (cuarto menguante) del mes Ashvin del calendario hindú y finaliza en Bhau-beej, celebrado el segundo día lunar de Shukla Paksha (cuarto creciente) del mes Kartik. Dhanteras por lo general cae dieciocho días luego de Dussehra. En el calendario Gregoriano, Diwali cae entre mediados de octubre a mediados de noviembre. La festividad es celebrada por los miembros de varias religiones en India, como el hinduismo, el sijismo y el jainismo.

Durante el Diwali, celebrado una vez al año, la gente estrena ropa nueva, comparte dulces y hacen explotar petardos y fuegos artificiales. Es la entrada del año nuevo hindú, y una de las noches más significativas y alegres del año. La divinidad que preside esta festividad es Lakshmí, consorte del dios Vishnú. Ella es quien otorga la prosperidad y la riqueza, por eso es especialmente importante para la casta de los comerciantes (vaisyas). También el dios Ganesha es especialmente venerado ese día. En el este del país se venera particularmente a la diosa Kali. En esa ocasión, los sikhs celebran la liberación de su sexto gurú, Hargonbind, y hacen un homenaje a los diez gurús espirituales del sikhismo.

La fiesta tiene lugar en el decimoquinto día de la quincena oscura del mes de kārttika (que cada año puede caer entre el 21 de octubre y el 18 de noviembre), y puede durar cuatro o cinco días. Conmemora la muerte del demonio Narakasura a manos de Krishna y la liberación de dieciséis mil doncellas que éste tenía prisioneras. Celebra también el regreso a la ciudad de Ayodhyā del príncipe Rāma tras su victoria sobre Rāvaṇa, rey de los demonios. Según la leyenda, los habitantes de la ciudad llenaron las murallas y los tejados con lámparas para que Rāma pudiera encontrar fácilmente el camino. De ahí comenzó la tradición de encender multitud de luces durante la noche.

Las casas se limpian de forma especial y se adornan con diversos motivos y lámparas de aceite o velas que se encienden al atardecer. Es usual celebrar una comida compuesta de sabrosos platos y dulces, hacer regalos a las personas cercanas y familiares, los fuegos artificiales y los juegos. Es el momento para renovar los libros de cuentas, hacer limpieza general, reemplazar algunos enseres del hogar y pintarlo y decorarlo para el año entrante. Es tradición que la diosa favorecerá de forma especial a quienes se reconcilien con sus enemigos. Se aconseja instalar un altar en un lugar preferente de las casas donde esté presente una imagen de Lakshmí a la que se le ofrecerán flores, incienso y monedas mientras se repite el mantra:

oṃ Śrī Mahā-Lakṣmīyai namah
¡Om! A la Señora Gran-Fortuna le doy reverencias.

Al anochecer se abren todas las ventanas y puertas de las casas y en cada una de ellas se realiza un ofrecimiento de luz con una lámpara de aceite o una vela, repitiendo el mismo mantra, para que Lakshmí entre para el resto del año. También se lanzan barcos de papel o lamparillas encendidas a los ríos sagrados, cuanto más lejos vayan, mayor será la felicidad en el año venidero y se elaboran unos diseños llamados manorā, que son unos dibujos hechos en las paredes y que se adornan durante el festival. A la salida del sol es de ritual lavarse la cabeza, lo que tiene el mismo mérito que bañarse en el sagrado río Gangā (el Ganges).

El simbolismo de la fiesta consiste en la necesidad del hombre de avanzar hacia la luz de la Verdad desde la ignorancia y la infelicidad, es decir, obtener la victoria del dharma (la virtud) sobre adharma (falta de virtud).