viernes, 22 de diciembre de 2017

SILFOS, ESPIRITUS DEL AIRE


Los Silfos, en la mitología, son espíritus elementales del aire. Y es como se conoce comúnmente al macho de lo que sería el hada. Están hechos de aire. Piensan y flotan. Son sutiles y evasivos. No reaccionan a los sentimientos, como tampoco sienten. No se les puede alabar, alimentar o entusiasmar. Son seres exclusivamente del viento, del pensamiento y del vuelo. No es posible hacer que un silfo se preocupe por algo, pues la preocupación es una emoción. Esta criatura habita en cuevas de bosques muy cerrados, ya que la luz del sol le hace daño.

Se cree que los silfos son las criaturas más sabias de la Tierra, ya que su memoria comprende desde antes de la creación del mundo. También se dice que son espíritus elementales; se les atribuye el aire, como a los gnomos la tierra, a las ondinas el agua, y a las salamandras el fuego. A pesar de ser calificados de espíritus, los entes elementales carecen de espíritu, por lo que no evolucionan: son la Naturaleza misma.

Se dice tras vivir 10,000 milenios cambian su color de cabellos a blanco, pues la sabiduría de las eras consume el color del cabello de la juventud. Pueden viajar a grandes velocidades, aunque tras yacer con un humano, su poder de volar desaparece y se convierten en humanos a su vez. A diferencia de los elfos, no poseen lengua hablada ni escrita, sino el poder del pensamiento.

Los silfos son indiferentes a los elfos como los elfos lo son a los hombres, al considerar aburridas y sin importancia las teorías élficas sobre el apego a lo inmutable. Los silfos, en cambio, consideran al progreso como algo a lo debe permitirse proseguir su camino. Los silfos son amos del aire, del viento... son poder.

Para los cabalistas son también caracterizados como criaturas mitad león mitad águila a quienes se les conoce como "grifos”. Se dice que a estos seres se les puede pedir consejo gracias a su infinita sabiduría y conocimiento.