jueves, 21 de diciembre de 2017

PEDERASTIA, ANTIGUA GRECIA


La pederastia griega, idealizada por los griegos desde la época arcaica, era una relación entre un joven adolescente y un hombre adulto que no pertenecía a su familia próxima. Surgió como una tradición aristocrática educativa y de formación moral. Los griegos la consideraban por ello un elemento esencial de su cultura ya desde los tiempos de Homero. Es importante señalar que la diferencia de edad entre erōmenos y erastēs es paralela a la que se daba entre los contrayentes del matrimonio en la antigua Grecia: un hombre en la treintena y una jovencita de entre quince y dieciocho años.

También cabe remarcar que el erómeno era un adolescente ya entrado en la pubertad y no un niño, como se entiende en el concepto actual de pederastia. En un sentido más amplio, la palabra se refiere al amor erótico entre adolescentes y hombres adultos. Los griegos consideraban normal que un hombre se sintiese atraído por la belleza de un joven, tanto o más que por la de una mujer. Sólo había controversia sobre la forma en que debía expresarse este deseo. La pederastia estaba muy relacionada con la tradición atlética y artística de la desnudez en la gimnasia, con la costumbre de matrimonios tardíos para los varones, con los banquetes y con el hecho de que las mujeres estuvieran recluidas en sus hogares. También era algo fundamental para el entrenamiento militar griego y un factor importante en la formación de sus tropas.

ORÍGENES

Los griegos antiguos fueron los primeros en describir, estudiar, sistematizar y establecer la pederastia como una institución. Múltiples teorías intentan explicar el origen de esta tradición. Una escuela de pensamiento, representada por Bernard Sergent, sostiene que el modelo de la pederastia griega evolucionó a partir de los ritos de paso a la edad adulta indoeuropeos, los cuales a su vez tenían sus raíces en las tradiciones chamanísticas neolíticas.

Según otra explicación, expuesta por académicos ingleses como William Percy, la pederastia surgió en la antigua Creta alrededor del año 630 a. C. como un medio de controlar la natalidad, retrasando la edad promedio del matrimonio de los hombres hasta la treintena.

Parejas de pederastas en un simposio. Fresco de una tumba de la colonia griega de Paestum, Italia.
Otra teoría explica la pederastia desde el punto de vista que tenía la aristocracia masculina griega sobre los sexos: los griegos se consideraban como una raza ilustrada, pero no incluían a las mujeres en tal definición. Por lo tanto, sólo podían establecer una relación amorosa entre iguales con otro hombre igualmente ilustrado. Este concepto machista de los hombres como el único sexo ilustrado se da en otras culturas coetáneas, pero sólo en Grecia se sigue de él la tolerancia a la pederastia.

Los primeros textos literarios griegos, los poemas homéricos, no mencionan de forma explícita prácticas pederastas. Numerosas teorías intentan explicar este silencio. Una de ellas, ampliamente sostenida, es la hipótesis doria establecida en primer lugar por K.O. Müller. Según esta teoría, la pederastia fue introducida por las tribus guerreras dorias que conquistaron Grecia alrededor de 1200 a. C. Éstas se establecieron en la mayor parte del Peloponeso, así como en las islas de Creta, Santorini y Rodas, expulsando a los jonios, muchos de los cuales partieron hacia Asia Menor, aunque quedaron enclaves jonios en importantes ciudades de Ática y de Eubea.

Según esta hipótesis, siendo Homero un poeta jonio, no es sorprendente que en su obra no aparezca esta práctica, de origen dorio. Otra hipótesis es que el estilo épico excluyó algunos temas, entre ellos las relaciones pederastas. Sin embargo, las obras de Homero aluden indirectamente a relaciones homoeróticas, como cuando se menciona el mito de Zeus y Ganímedes en la Ilíada y el Himno homérico a Afrodita. Por otro lado, aunque la Ilíada no aclara la naturaleza exacta de la relación entre Aquiles y Patroclo, deja abierta la posibilidad de una lectura homoerótica.

La pederastia no se practicaba del mismo modo en toda la antigua Grecia, pues había una gran diversidad de formas según las regiones y el periodo donde se llevara a cabo. En algunas zonas, como en Beocia, el hombre y el muchacho se unían formalmente y vivían juntos en pareja. En otras, como en Elis y Atenas, se convencía con regalos a los jóvenes para que mantuvieran una relación de noviazgo, y en unas pocas, como Jonia, estas relaciones estaban completamente prohibidas. Por otro lado, a pesar de todo lo dicho sobre los espartanos, parece ser que practicaban la pederastia de una forma casi casta. Un hombre libre podía enamorarse de un joven, proclamarlo públicamente y cortejarlo hasta que éste lo aceptara como compañero.

Todas las variantes tenían, sin embargo, características comunes: el erastés se convertía siempre en una especie de tutor legal, mentor y amigo del chico. Diferían en los rituales, en la forma de convivencia y el grado de intimidad que alcanzaba la pareja.

Algunos poetas, como Teognis y Anacreonte, se autodefinían como pederastas. Al presentarse de esta manera trataban de encarnar sus propios ideales en la tradición. En el caso de Teognis, la pederastia era política y pedagógica, una forma que la élite masculina tenía de traspasar su sabiduría y valores a sus amados. En cambio, las ideas de Anacreonte son hedonistas, tanto erótica como espiritualmente; pero no por ello resultan menos idealistas que las de Teognis, pues promulgaba como virtud la moderación de los amantes.

POLÉMICA, EVOLUCIÓN Y EXTINCIÓN

Representación de un cortejo pederasta.
Michel Foucault afirma que en la cultura griega la cuestión de la pederastia se debatió ya como un problema y fue "objeto de una especial e intensa preocupación moral", centrada principalmente en la castidad o la moderación en la relación con el erōmenos. Sin embargo, estas conclusiones solo podrían ser ciertas por lo que se refiere a los textos del periodo clásico en Atenas, ya que en la época arcaica, lejos de considerarse un problema, la pederastia se asociaba de forma general a los más altos ideales.

Jeremy Bentham ofrece un punto de vista distinto en un ensayo escrito en 1785 y publicado póstumamente en 1978. Según Bentham, lo que condenaban los griegos no era la relación homosexual en sí, sino la falta de moderación que podía darse en ella, que también condenaban en la relación con las mujeres: 

«Deberían avergonzarse de lo que se considera un exceso y una debilidad, avergonzarse de una costumbre que tiende a distraer a los hombres de ocupaciones más valiosas e importantes, deberían avergonzarse de sus excesos y su debilidad con las mujeres.» Además, el estudio de la pederastia griega resulta complicado porque los documentos que tratan sobre ella han sido objeto de una destrucción sistemática desde la antigüedad. 

De todas las obras griegas cuyo tema principal era el amor entre personas de un mismo sexo, ninguna ha sobrevivido; al menos un historiador ha insinuado que «las obras homosexuales fueron deliberadamente suprimidas o destruidas o simplemente se perdieron con el paso del tiempo». De hecho, sólo un pequeño porcentaje de la literatura antigua ha llegado hasta nuestros días. Sin embargo, hay algunas excepciones notables a este panorama general, como los textos de Estratón de Sardes y los Amores de Luciano.

La pederastia griega atravesó una serie de cambios a lo largo del milenio en que existió hasta desaparecer como institución oficial. En el caso de Atenas, parece que estas relaciones devinieron luego de un gran recato en la época arcaica en una práctica más carnal y sin restricciones en la época clásica, seguida de un retorno a una forma más espiritual en sus últimas etapas, que se asemejaba a sus comienzos. Su fin como práctica oficial llegó con un decreto del emperador Justiniano: el mismo que también puso fin a otras instituciones que sustentaban la cultura clásica, como los Juegos Olímpicos y la Academia de Platón.

LA PEDERASTIA EN EL ASPECTO MILITAR

El entrenamiento militar era fundamental en la educación de la sociedad griega, inseparable de las demás materias. La Grecia antigua siempre estuvo envuelta en guerras, tanto internas como externas, por lo que la destreza militar estaba altamente valorada. Pero las ciudades griegas no tenían un ejército regular pagado, como lo entendemos hoy, que entrenara a sus reclutas. Eran los propios ciudadanos los que tenían el deber de formarse militarmente para convertirse en hoplitas. Por lo que una de las funciones principales de la pederastia fue la de cultivar el valor y las habilidades guerreras, así el entrenamiento militar se convirtió en consustancial entre sus tradiciones. Era el erastés el principal encargado de entrenar militarmente a su erómeno, ya que debido a la costumbre griega de matrimonios tardíos, cuando un chico llegara a la edad militar su padre generalmente ya era demasiado viejo para encargarse de esa tarea.