miércoles, 20 de diciembre de 2017

BABILONIA


Babilonia fue una antigua ciudad de la Baja Mesopotamia. Ganó su independencia después del período del renacimiento sumerio, aunque hay menciones a su existencia desde tan temprano como Sargón de Akkad. Después de mucho tiempo presenciando las luchas entre los estados regionales de Isín, Larsa y Ešnunna, Babilonia fue convirtiéndose poco a poco en una potencia regional, primero sustituyendo el papel que habían tenido Akkad o Kiš para muy posteriormente convertirse en capital de un vasto imperio bajo el mandato de Hammurabi (siglo XVIII a. C.).

Desde entonces se convirtió en un gran centro político, religioso y cultural. Aún en época helenística, ya despojada de su segundo imperio y caída en desgracia frente a otras grandes ciudades como Persépolis, Alejandro Magno quiso convertirla en su capital. En el año 312 a. C. Seleuco I Nicátor trasladó la capitalidad del Imperio seléucida a Seleucia, aposentada sobre el río Tigris y no sobre el Éufrates por rapidez de las nuevas vías comerciales.

Los babilonios fueron invitados a mudar sus residencias. Para entonces la ciudad había entrado en franca decadencia, siendo abandonada por la mayoría de sus habitantes poco después. A pesar de ello se les permitió quedarse a los sacerdotes de Bēl, relacionados con el templo de Año Nuevo, y la ciudad funcionó como residencia real durante la ocupación parta.

CIUDAD LEGENDARIA E HISTÓRICA

Ruinas de Babilonia, año 1975.
Hasta que los alemanes comenzaron a excavar Babilonia en el siglo XIX, ésta era una ciudad brumosa, casi mitológica, que en la cultura occidental servía de alegoría de la lujuria por influencia de algunos historiadores griegos y romanos, y aun de la maldad por influencia de la Biblia. En el Nuevo Testamento la huella de Babilonia es tan fuerte que su nombre se utiliza para nominar a cualquier ciudad grande y poderosa.

Babilonia es una leyenda que aún resuena en nuestro tiempo, a pesar de que en el año 539 a. C. ya había perdido su imperio, y que hace siglos que fue abandonada. Largamente mencionada en el Libro de Isaías y en el Apocalipsis, Babilonia fue identificada como fuente de lascivia y soberbia, llegando a ser descrita como “La Gran Ramera”. No obstante, Babilonia brilló mucho tiempo por su alto nivel cultural, que se mantuvo vivo mientras fue parte de Asiria. El mito de su belleza y de su poder, labrado desde Hammurabi, llegó a oídos de Alejandro Magno, donde residió durante un tiempo y donde murió.

Palacio del Éufrates, construido sobre la base de la ciudad.
Históricamente el nombre de Babilonia ha servido de inspiración para múltiples escritos y también para otras ciudades y proyectos de ciudades, como la conocida Nueva Babilonia, y para la provincia iraquí de Babil. El mismo Miguel de Cervantes se refirió a Babilonia en el sentido bíblico de caos. También algunos de sus edificios han sido mitificados por la religión, la literatura, la pintura y la historiografía; así, tanto la Torre de Babel como los Jardines Colgantes han sido objeto de innumerables conjeturas, y en menor medida el palacio Sur de Nabucodonosor II. El propio rey de la ciudad inspiró la ópera Nabucco.

Existen distintas opiniones acerca de la fundación de Babilonia; las principales interpretaciones establecen que, o bien fue fundada por Sargón de Acad o reconstruida por éste sobre una pequeña ciudad anterior, previamente conquistada. La fuente más antigua conocida que menciona la ciudad es una bareta datada en tiempos del Imperio acadio formado por Sargón de Acad en el siglo XXIV a. C. La Crónica Weidner establece que fue el propio Sargón quien construyó Babilonia "frente a Agadé". Otra crónica establece, en el mismo sentido, que "Sargón excavó el polvo del pozo de Babilonia, e hizo una contraparte de Babilonia cerca de Agadé" (ABC 20:18-19). Más recientemente, algunos investigadores han sostenido que dichas fuentes pueden referirse a Sargón II (siglo VIII a. d. C.) y no a Sargón de Acad.

Algunos eruditos, incluyendo al lingüista Ignace Gelb, han sugerido que el nombre Babilon refleja el de una ciudad anterior. Según Ranajites Pallmin, esta ciudad estaba ubicada hacia el este. Herzfeld ha escrito sobre Baver en Irán, cuya fundación se atribuye a Jamshid: el nombre Babil podría ser un eco de Baver. David Rohl sostiene que la Babilonia original debe ser identificada con Eridu. Según la Biblia, Babilonia fue fundada por Nemrod (Génesis, 10).

Representación artística de Babilonia con los Jardínes Colgantes.
Ya comenzada la segunda mitad del siglo XXI a. C., nómadas semitas procedentes del desierto de Arabia (amorreos y tidnum) expropiaron a Amar-Sin, rey de Sumer y Acad, parte de los territorios del centro de Mesopotamia (Acad), queriendo penetrar en Kish; pero fueron expulsados de esta última ciudad, quedando limitados a las orillas del Éufrates, es decir, a Babilonia. Por ser su única posesión importante por mucho tiempo, los martu, se encargaron de engrandecerla y embellecerla. En el año 2004 a. C. el imperio de Ur, conocido como el periodo Ur III, cayó ante una coalición de pueblos nómadas procedentes de los montes Zagros: elamitas, la ciudad de Isín, y los amorreos o martu. Estos últimos se asentaron en la Media y Baja Mesopotamia, apoderándose de las ciudades y fundando dinastías amorritas en ellas.

Una de las ciudades bajo gobierno Amorreo, fue Babilonia, que, si bien hacía ya mucho tiempo que estaba bajo dominio amorreo, no tenía dinastía propia. La Primera Dinastía Babilónica, fue fundada en 1894 a. C. por el amorrita Sumu-abum. Se convirtió así, en una Ciudad-Estado independiente regida por esta dinastía, cuyo sexto Rey, Hammurabi (que reinó desde 1792 a. C. hasta 1750 a. C. según la cronología media), engrandecería colosalmente y extendería sus dominios, transformándola en la capital del Imperio Amorreo, que dominó toda la Mesopotamia. Desde entonces, y en adelante, adquirió gran relevancia como la verdadera metrópoli de todo el sur de Mesopotamia.

Fue bajo el gobierno del rey Nabucodonosor II (605–562 a. C.) cuando Babilonia llegó a ser una de las ciudades más espléndidas del mundo antiguo. Nabucodonosor ordenó la completa reconstrucción de las tierras imperiales, incluyendo la reconstrucción de los Jardines colgantes de Babilonia (una de las siete maravillas del mundo), de los cuales se dice haber sido construidas para su nostálgica esposa Amytis. La existencia de los jardines es un tema de disputa: a pesar de que las excavaciones del arqueólogo alemán Robert Koldewey parecen confirmar su existencia, muchos historiadores están en desacuerdo sobre la localización, y algunos creen que pueden haber sido confundidos con los jardines de Nínive.

LA CIUDAD DE SADDAM HUSSEIN

En las últimas décadas del siglo XX, desde 1978 hasta la guerra de Irak, el gobernante iraquí Saddam Hussein comenzó la reconstrucción de la antigua Babilonia sobre sus mismos cimientos. Las opiniones al respecto son encontradas. Hay quien dice que se trata de un trabajo meritorio, aunque no preciso, mientras otros hablan de circo turístico y parque temático. Independientemente de las opiniones, y con el paréntesis temporal de la guerra de Irak, Babilonia, parte de un plan gubernamental similar al de Nínive durante el mandato de Saddam Hussein, se ha convertido en un centro turístico. La reconstrucción también logró que los iraquíes comenzaran a tener una idea de su inmenso patrimonio.

Ruinas reconstruidas apreciadas desde el Palacio Saddam Hussein.
En general, suele basarse la reconstrucción de la ciudad en un deseo de Saddam de legitimar su gobierno en la historia del territorio ocupado por Irak, utilizando la arquitectura como medio de poder y propaganda, al igual que habían intentado otros antes que él en gobiernos tendentes a la autarquía. En este sentido son especialmente conocidos los planos para Berlín mandados elaborar por Hitler y el Moscú de Stalin. Por ello no sólo reconstruyó Babilonia, también hizo lo propio con otros asentamientos, tales como Nínive y Ur, con materiales más bien propios de la modernidad y destruyendo o modificando en el proceso las ruinas originales.

En 2003, durante la guerra de Irak, los estadounidenses establecieron un campamento militar en las ruinas de Babilonia. Su presencia ocasionó numerosos destrozos; vertidos, paso de vehículos pesados y helicópteros, destrucción de la avenida de las Procesiones por el paso de tanques, extracción de ladrillos de la Puerta de Ishtar reconstruida por Saddam Husein, cementerio de vehículos, cava de zanjas en torno a Etemenanki, grafitis, contaminación de suelos, etc., que además han podido destruir ruinas aún no excavadas. Incluso, varios artefactos encontrados en la ciudad y expuestos en los museos de Bagdad fueron sustraídos y vendidos en la página web de subastas eBay.