Hacia 1983 conocimos una
interesante variante de tema casas embrujadas: “Poltergeist”. Subtitulada para
el estreno como: “Juegos Diabólicos”. En algunos países de habla castellana
recibió otros subtítulos pintorescos: “Fenómenos Extraños”. Era un buen
ejercicio del cine fantástico vinculándose con el terror sobrenatural,
conformando una química perfecta para un filme que nos asombró y hasta nos
metió algo de miedo. Una sumatoria de excelentes efectos especiales, de música
adecuada -mérito del gran Jerry Goldsmith-, buena fotografía, casting actoral
correcto, y la dirección de Tobe Hopper, el tejano que paso a la historia en
1974, con su icono “splatter”:
“The Texas Chainsaw Massacre”, y
que en su haber tiene otra gema del cine-horror “Carnaval del Terror” (1981).
Pero las malas lenguas (o que no lo son tanto…), aseguran que en el filme
habría metido mano: Steven Spielberg. Cosa de creer, ya que el prolífico
realizador fue co-guionista y director (no acreditado) de algunas buenas
escenas. Además existe un antecedente claro de “Poltergeist” en su carrera; el
telefilme “Something Evil” (“la Fuerza del Mal”, 1972) con Sandy Dennis y
Darren Mac Gavin, interesante historia- aunque modesta- de “fantasmas y/o
fuerzas sobrenaturales que habitan una casa y vuelven locos a toda una familia.”
A esta joyita, hoy prácticamente
imposible de ver, ya que no está editada en video ni DVD, y tal vez exista una
copia en 16mm enmohecida en algún sótano de productora hollywodense, se la paso
bastante a mediados de los años 70’, en esos ciclos de “cine hecho para TV”,
tan genuinos de por entonces como “Acción a las 10” o “Antes que en el cine”.
En mi caso le debo las gracias a las mágicas trasnoches sabatinas de Canal 8 de
Mar del Plata, y su incomparable ciclo “Después de Medianoche”, presentado por
un tal Nahuel Villegas, critico que lucía un llamativo peluquín sobre su
cabeza.
Sin dudas, cualquier avezado ojo
cinéfilo puede ver el claro toque “Spielberiano” en el filme comentado. Es más,
como el eje central del argumento es la pequeña niña de la flia., todo parece
indicar que está basada en uno de los mejores capítulos de la serie televisiva
“The Twiling Zone” , aquel titulado “Little girl lost” (“La pequeña niña
perdida”), donde unos padres pierden a su hijita, para luego contactarla dentro
de su casa, pero tan solo oyen su voz….ya que está alojada en otra dimensión!
En “Poltergeist”, se da el
enfrentamiento entre una familia y unos fenómenos paranormales, que hacen acto
de presencia a través del televisor – como si no fuese suficiente con lo que
este emite, secuestrando a la nena y llevándosela a algún lugar ubicado en el
más allá.
Hay por el medio, una diminuta
vidente que estudia la situación (la estupenda Zelda Rubinstein), y también un
oscuro pasado con olor a cementerio indio. Por donde se la vea, la película es
absolutamente entretenida y recomendable. Y como no podía ser de otra manera,
tuvo dos inevitables secuelas: una interesante “Poltergeist II” (1986, Brian
Gibson), y una más aburrida: “Poltergeist III” (1988, Gary Sherman), más una
serie de TV –bastante apócrifa- en los 90’.
Resumiendo las historias se puede
decir:
- En la primera, los fenómenos acosan a la niña.
- En la segunda, los fenómenos acosan y atrapan a toda la familia.
- Y en la tercera, como seguramente los padres (Craig T. Nelson y Jobeth Williams), no arreglaron artística o económicamente, los guionistas mandaron a la nena a vivir con sus tíos (Tom Skerrit y Nancy Allen), a la gran ciudad, donde volvían a la carga, los dichos “poltergeist”.
LA HISTORIA QUE MALDIJO A LA PELÍCULA
A veces la realidad supera
holgadamente a la ficción. Uno de los más claros (en verdad: oscurísimos) casos
es la supuesta historia de trasfondo de “Poltergeist”, con distintos hechos
acaecidos y vinculados a las artistas de la tragedia. Nadie puede decir que la
maldición se apodere de apenas un filme, pero demasiadas coincidencias se dan,
o dieron aquí. Veamos:
A poco del estreno de la
película, en 1982; Dominique Dunne, joven actriz que personificaba la hija
adolescente de la familia., fue asesinada brutalmente por su novio,
aparentemente a “causa de celos”.
Dominique Dunne |
Luego, el imponente actor de
origen indio Will Sampson, que había trabajado en “Atrapado sin salida” (1975),
y que encarnó a un chamán con poderes curativos en Poltergeist II murió de un
cáncer fulminante a penas terminado el rodaje.
Will Sampson |
Y eso no es todo. Julian Beck,
actor y fundador de la compañía teatral Living theater, que en la segunda parte
encarnaba a un maléfico sacerdote, fue hospitalizado al terminar el rodaje en
una clínica de Los Ángeles, y se vio atacado por otra misteriosa enfermedad,
que originó su deceso semanas después.
Julian Beck |
Incluso se pudo comprobar que
otros miembros del equipo técnico y artístico, fallecieron a poco de finalizar
los últimos rodajes de la saga.
CAROL ANNE Y SU MALDICIÓN
Pero quien felizmente parecía
haberse salvado de la ‘maldición’ era la niña actriz Heather O’Rourke, quien
encarnaba a Carol Anne, pequeña con voz inocente y rostro angelical que
advertía “Ya están aquí” al momento en que los fantasmas aterrorizaban.
Heather O´Rourke |
La niña actriz había comenzado su
carrera cinematográfica de manera casual. Su hermana mayor grababa en los
estudios de MGM y ella, de cinco años, le acompañaba en los descansos. Steven
Spielberg, quien escribió el guión de Poltergeist, la vio y la reclutó de
inmediato.
Tras varias pruebas de cámara,
donde la pequeña no convencía al resto del equipo, casi fue desechada. Pero
Spielberg, convencido de lo que veía insistió y tomó a la pequeña y le hizo ver
una serie de historias de terror, que hicieron efecto en la pequeña. La presión
extrema y la exposición a duras historias hicieron que la pequeña realmente
gritara y llorara de horror. Así pasó la prueba, logró consolidarse como un
símbolo del filme y participar en las tres entregas.
Recordada y bonita niña de
cabellos rubios y ojos azules, que había trabajado en los tres filmes, a poco
de finalizar el rodaje de “Poltergeist III”, en 1988, la brillante carrera de
la niña se enfrentó de lleno con la maldición... la niña se levantó con fuertes
dolores, para luego fallecer en el hospital, con un fatal diagnóstico: estenosis
intestinal. Enfermedad tan extraña como repentina. Tenía 12 años. La maldición
se cerraba con ella. (Fuente: Taringa)