Heródoto de Halicarnaso fue un
historiador y geógrafo griego que vivió entre el 484 y el 425 a. C. Se le
considera el padre de la historiografía (la primera vez que se le cita de esta
forma es por Cicerón en su De legibus) por su famosa obra “Historiae”,
literalmente «investigaciones, exploraciones», escrita hacia el año 444 a. C.
en Panhellen. Historiae o Los nueve
libros de historia es considerada una fuente importantísima por los
historiadores por ser la primera descripción del mundo antiguo a gran escala y
de las primeras en prosa griega. Lo cierto es que Herodoto se convirtió en una
fuente inexcusable para todos los historiadores del mundo antiguo. El siguiente
es uno de sus textos:
Ἡροδότου Ἁλικαρνησσέος
ἱστορίης ἀπόδεξις ἥδε, ὡς μήτε τὰ γενόμενα ἐξ ἀνθρώπων τῷ χρόνῳ ἐξίτηλα
γένηται, μήτε ἔργα μεγάλα τε καὶ θωμαστά, τὰ μὲν Ἕλλησι τὰ δὲ βαρβάροισι ἀποδεχθέντα,
ἀκλεᾶ γένηται, τά τε ἄλλα καὶ δι' ἣν αἰτίην ἐπολέμησαν ἀλλήλοισι.
Traducción:
Heródoto de
Halicarnaso presenta aquí los resultados de su investigación para que el tiempo
no abata el recuerdo de las acciones humanas y que las grandes empresas
acometidas, ya sea por los griegos, ya por los bárbaros, no caigan en olvido;
da también razón del conflicto que enfrentó a estos dos pueblos.
Desde el punto de vista
geográfico, Heródoto dejó constancia de una ecúmene que se extendía desde Sudán
a la Europa Central y desde la India, en su límite oriental, hasta Iberia en el
occidental. Durante el siglo VI a. C. el control que los cartagineses tenían de
sus rutas comerciales por el Mediterráneo Occidental y el Estrecho de Gibraltar
le impidió conocer fielmente esta parte del mundo y las costas atlánticas de
Europa de primera mano, por lo que muchas de sus observaciones proceden de
otras fuentes.
Como la Historia es la primera
obra griega en prosa que se ha conservado, no es de extrañar que las
principales características de su estilo sean la simplicidad y el arcaísmo. Ya
Aristóteles definía su manera de escribir como "estilo paratáctico".
Heródoto es muy concreto escribiendo y rehúye las abstracciones; se fija en
datos perceptibles. De ahí su lenguaje claro y sencillo que fue motivo de
admiración en la Antigüedad. Sin embargo, su estilo supone un grado más alto de
elaboración que el de Hecateo, caracterizado por las estructuras acumulativas y
coordinadas. Los discursos de los tres últimos libros de Heródoto, aunque no
perfila la psicología del orador, se caracterizan por su tensión histórica y
las normas retóricas de la época.
Por otra parte, es notable el
influjo de la epopeya y los géneros narrativos en su estilo. Longino en su
tratado lo sublime le llama ὁμηρικώτατος: ‘gran imitador de Homero’ (13, 3).
Hay reminiscencias épicas en la fraseología, en la repetición casi literal de
enunciados, en el empleo de patronímicos, en el uso de convenciones literarias
y tópicos, en semejanzas conceptuales como la sustitución de la intensidad por
la repetición, en el uso de estructuras como la composición anular inclusiva,
aunque la más usada por él es la anafórica, etc. En cuanto a la lengua,
Heródoto compuso su obra en dialecto jónico con algunos aticismos.