martes, 26 de diciembre de 2017

EFOROS


Éforo (aquel que supervisa) era el nombre dado a ciertos magistrados de los antiguos Estados dorios de Grecia. Entre ellos, los más importantes eran los éforos de la antigua Esparta. En Esparta existían cinco éforos, elegidos anualmente, que juraban cada mes respaldar a los reyes, mientras que éstos, a su vez, juraban respetar las leyes. Heródoto afirmó que la institución fue creada por Licurgo de Esparta. Pero parece más razonable que no estuviera en la primitiva constitución espartana, sino que surgiera posteriormente de la necesidad de contar con gobernantes mientras los reyes estuvieran dirigiendo los ejércitos espartanos fuera de la ciudad.

Los éforos eran elegidos por la asamblea popular, la Apella. Todos los homoioi, ciudadanos libres, podían ser elegidos para este puesto, pero no podían ser reelegidos. Los éforos también contribuían a proporcionar un equilibrio entre los dos reyes de Esparta, que raramente cooperaban el uno con el otro. Platón les denominó los tiranos que regían realmente Esparta como déspotas, mientras que los reyes no eran más que meros generales.

En efecto, las atribuciones de los éforos aumentaron progresivamente, hasta acumular el poder legislativo, el judicial y el ejecutivo. El rey espartano Cleómenes III abolió la institución de los éforos el año 227 a. C., pero fueron restaurados por el rey de Macedonia Antígono III tras ser derrotados los espartanos en la batalla de Selasia en julio de 222 a. C. La institución siguió existiendo hasta el siglo II, siendo probablemente abolida definitivamente por el emperador romano Adriano.