Según se afirma en el libro: El
Misti biografía de un volcán, de Pablo Masías, (edición 1977) son varios los
cadáveres de personas conocidas o anónimas que se han encontrado a lo largo de
los años en las inmediaciones de nuestra montaña más famosa. A lo largo de la
historia de Arequipa se han extraviado infinidad de personas al intentar
escalar sus pedregosas y también resbaladizas laderas. Uno de los casos menos
difundidos fue el de los excursionistas ingleses Ryder y Rothwell que desaparecieron sin dejar
rastro alguno en el año de 1878, según lo informó en su momento el Diario La
Bolsa de Arequipa.
Situación opuesta en su difusión
fue el sonado caso de la desaparición de las dos teresas (Teresa Yaqueto y
Romero) con un año de diferencia; aunque coincidentemente en el mismo mes de
octubre de 1977 y 1978 respectivamente. En ambos casos las dos mujeres
desertaron de su intensión de ascender al volcán -sólo llegaron a sus faldas-
por encontrarse imposibilitadas físicamente. En ambos casos los familiares de
las personas desaparecidas pidieron una investigación a las autoridades para
dar con el paradero de sus parientes; pero nunca fueron encontradas.
La tesis más viable fue que
habiendo quedado rezagadas del grupo que ascendía al Misti trataron de regresar
solas a la ciudad y quizás -esto es solo especulación- fueron abordadas, cada
una en su momento y contexto- por algún personaje oscuro o una banda de estos
que las ultrajaron y sepultaron para borrar las evidencias. La otra tesis de
que habrían caído por algún precipicio hubiera terminado por dar como resultado
el encuentro de sus cuerpos. En 1979 el Club de Andinismo halló el cadáver de
una joven, todos pensaron se había hallado el cuerpo de alguna de las teresas;
pero las investigaciones y la certificación por parte de los parientes
arrojaron que no se trataba de ninguna de ellas.
Otros casos no menos extraños se
han sucedido en el lugar como fue el de un cadáver momificado de mujer -en la
década de los 70- cerca del cono del volcán y que solo llevaba un tipo de ropa
interior de nylon. Según Masías el periodismo se preguntó sino la habrían
lanzado desde un avión. En abril de 1996 se encontró otros restos humanos en
las faldas del Misti, esta vez de un hombre que según el peritaje
criminalístico habría permanecido sin vida más de un año en dicho lugar.
Por generaciones algunas personas
de conocimientos ancestrales han hablado del famoso pago a la tierra, costumbre
que habrían heredado los hombres desde épocas PRE-Incas y que en algunos casos
consistía en el sacrificio de alguna bella jovencita para ofrecérsela al volcán
o Apu (el caso más conocido para nuestra región sería el de la dama del Ampato,
o Momia Juanita). Pues para bien o para mal algunos opinan que dichas
costumbres aún podrían estar vigentes en las mentes de ciertos pobladores
andinos que podrían ser los responsables del consiguiente secuestro y
sacrificio de jóvenes para que la montaña no vomite su fuego. Esta sería una forma
de explicar la desaparición de las dos teresas en la década de los setenta.
Para terminar agregar que según
otras fuentes especulativas que rayan con el estudio de los monstruos
(criptozoología) y otras especies ignoradas, traemos a recuerdo la publicación
de la revista Fantástico del Diario Arequipa Al Día, que en su edición del 29
de octubre del 2003 (coincidentemente octubre) publicó la experiencia sufrida
por un joven andinista local -Carlos Flores- quién relató haber visto (en una
de sus ascensiones al Misti) a una criatura de facciones humanas (pero con
excesivo pelo amarillento en todo el cuerpo, pues nos llevaba ningún tipo de
vestimenta), cruzar cercano a su campamento nocturno y cuyas huellas -no
humanas- se hicieron patentes por la madrugada.
Estaríamos hablando de una suerte
de Yeti sudamericano o Macón, como se le ha llamado a una criatura peluda vista
en otros lugares de los andes. Ahora bien, ¿por que traemos a colación esta
última historia? Bueno, no es difícil tratar de relacionar al supuesto Yeti
arequipeño con las misteriosas desapariciones de los aventureros ingleses y
especialmente el de las dos teresas; además de otros expedicionarios nunca
hallados. A más de 30 años de los incidentes famosos de las dos teresas,
probablemente nunca encontremos respuesta a sus curiosas desapariciones y
esperamos que nunca más se vuelvan a dar tales sucesos que rayan con lo
inexplicable. (Por Pablo Nicoli)