lunes, 25 de diciembre de 2017

SOR ANA DE LOS ANGELES


Generaciones de arequipeños han crecido rogando al Altísimo que jamás florezca el naranjo de Sor Ana de los ángeles Monteagudo que se encuentra en la celda que perteneció a nuestro personaje dentro del Monasterio de Santa Catalina, y que al Santo Padre de turno no se le antoje canonizarla. De lo contrario, dicen, reventará el Misti y no quedará piedra sobre piedra en la ciudad". Eso nos dice la tradición. De niño recuerdo haber escuchado la más terrible profecía de la beata que más o menos decía algo como: Cuando el naranjo florezca Arequipa se hundirá y el Cuzco renacerá.

La estrecha relación de Sor Ana de los Ángeles de Monteagudo con las almas del Purgatorio, fue determinante para sus predicciones, las mismas que generalmente fueron de carácter necrológico". Al menos eso dice la página Web del monasterio arequipeño, aunque no termina de dar detalles de la forma de comunicación ¿trance? de Sor Ana con las citadas almas. En esta parte conviene hacer notar que si este fuera el caso de tales comunicaciones.

Según los católicos Sor Ana habría incurrido en espiritismo voluntario o no, y lo contradictorio es que para la iglesia Católica las almas de personas en general, sean estas del purgatorio, el cielo o infierno no pueden comunicarse con los vivos, al menos así lo dice el Antiguo Testamento. Entonces ¿de qué tipo de fenómeno paranormal se trata? Por supuesto muchos creyentes afirman no creer en espíritus y fantasmas, cuando se trata de la parapsicología, pero cuando esto se da en el seno de la religión, las creencias parecen cambiar de envoltura como por milagro.

Según algunas deducciones y testimonios se presume que nació el 26 de julio de 1604, fecha que no se puede asumir como exacta, ya que su Fe de Bautismo se perdió en un incendio ocurrido en la sacristía de la Iglesia Mayor de Arequipa, antecesora de la primera Catedral de la ciudad, en 1620.

En varias oportunidades predijo enfermedades de algunos de sus allegados; para algunos anticipó la cura, en el caso de otros, la inevitable muerte. Estos anuncios muchas veces fueron tomados con rechazo, desconfianza e incredulidad por las personas que de una u otra manera eran afectadas. Así mismo se le relaciona con el fenómeno de la bilocación, es decir, estar a la vez en dos lugares geográficos distintos.

Las personas que la conocieron personalmente llegaron a señalar un total de sesenta y ocho predicciones todas cumplidas, realizadas por la venerable monja". Aquí habría que preguntarse si alguna se compara a la profecía de catástrofe que según la beata sufrirá la ciudad por una probable erupción y que por supuesto no nos hace ninguna gracia a los arequipeños. Al parecer cuando fue elegida Priora del citado monasterio tuvo más de un inconveniente  mayor pues en varias ocasiones envenenaron sus alimentos, supuestamente, por el estricto control y disciplina que ejercía con las demás monjas, esto según el libro: Monasterio de Santa Catalina de Sena de Arequipa, del historiador  Dante Zegarra López (página 429).

Los últimos años de la venerable monja catalina transcurrieron en la oscuridad de la ceguera. Tenía mucha dificultad para caminar, sin embargo jamás se quejó o se sintió desdichada por correr esa suerte.

Antes de ser sepultada, un pintor captó sus facciones en un retrato, que es el único y verdadero testimonio gráfico que de su rostro ha quedado para la posteridad. El pintor había concurrido al Monasterio pese a que en esos días el hombre estaba afectado por fuertes dolores e incluso de una hinchazón generalizada de su cuerpo. Apenas concluyó de pintar el retrato de la venerable monja, en un pequeño lienzo y mientras salía por la portería, sanó completamente y de inmediato la enfermedad que lo había afectado en los últimos días, desapareció", (una suerte de retrato de Dorian Gray, donde la enfermedad quizás la sufre el retrato y no la persona).

Sor Ana de los Ángeles falleció un 10 de Enero de 1686 y no fue necesario embalsamar su cuerpo, por el buen olor que despedía. Fue enterrada en el piso de tierra del Coro del templo del Monasterio. Diez meses después, el cadáver de Sor Ana fue exhumado y encontraron el cuerpo fresco, sin mal olor y con flexibilidad comprobada de los músculos y articulaciones.

Luego de su muerte los milagros continuaron; numerosos casos de personas que padecían alguna enfermedad y al encomendarse a Sor Ana o tocar alguna prenda que le perteneció, desaparecían los males que les aquejaban. Todos estos hechos motivaron a las monjas catalinas a unir testimonios y presentar una petición el 19 de julio de 1686, es decir a seis meses de su muerte, para que la venerable monja pase a ser la primera Santa de Arequipa, proceso que todavía no ha llegado a su fin.

La Ceremonia de Beatificación de Sor Ana de los Ángeles Monteagudo fue celebrada el 2 de Febrero de 1985, en la ciudad de Arequipa, por el Papa Juan Pablo II.

Con respecto al naranjo hoy un tronco seco, y la profecía solo nos resta decir que si bien literalmente el mensaje es preocupante para los ciudadanos que vivimos en esta ciudad, quizás se haya empezado a cumplir ya dicha sentencia en parte, hablamos de un aspecto más bien material y económico, siendo Arequipa como todos saben olvidada por años por los gobiernos de turno y en contraposición la ciudad del Cuzco bendecida con el auge del turismo mundial.

Solo queda imaginar a una monja de clausura presurosa, una mañana cualquiera, desplazándose por los corredores del monasterio yendo a avisar a la Superiora que el naranjo ha florecido, mientras los humos -quizás naranjas-del Misti anticipen en final de esta tierra volcánica.