Generaciones de arequipeños
han crecido rogando al Altísimo que jamás florezca el naranjo de Sor Ana de los
ángeles Monteagudo que se encuentra en la celda que perteneció a nuestro
personaje dentro del Monasterio de Santa Catalina, y que al Santo Padre de turno
no se le antoje canonizarla. De lo contrario, dicen, reventará el Misti y no
quedará piedra sobre piedra en la ciudad". Eso nos dice la tradición. De niño recuerdo haber escuchado la más
terrible profecía de la beata que más o menos decía algo como: Cuando el
naranjo florezca Arequipa se hundirá y el Cuzco renacerá.
La estrecha relación de Sor
Ana de los Ángeles de Monteagudo con las almas del Purgatorio, fue determinante
para sus predicciones, las mismas que generalmente fueron de carácter
necrológico". Al menos eso dice la página Web del monasterio arequipeño,
aunque no termina de dar detalles de la forma de comunicación ¿trance? de Sor
Ana con las citadas almas. En esta parte conviene hacer notar que si este fuera
el caso de tales comunicaciones.
Según los católicos Sor Ana
habría incurrido en espiritismo voluntario o no, y lo contradictorio es que
para la iglesia Católica las almas de personas en general, sean estas del
purgatorio, el cielo o infierno no pueden comunicarse con los vivos, al menos así
lo dice el Antiguo Testamento. Entonces ¿de qué tipo de fenómeno paranormal se
trata? Por supuesto muchos creyentes afirman no creer en espíritus y fantasmas,
cuando se trata de la parapsicología, pero cuando esto se da en el seno de la
religión, las creencias parecen cambiar de envoltura como por milagro.
Según algunas deducciones y
testimonios se presume que nació el 26 de julio de 1604, fecha que no se puede
asumir como exacta, ya que su Fe de Bautismo se perdió en un incendio ocurrido
en la sacristía de la Iglesia Mayor de Arequipa, antecesora de la primera
Catedral de la ciudad, en 1620.
En varias oportunidades
predijo enfermedades de algunos de sus allegados; para algunos anticipó la
cura, en el caso de otros, la inevitable muerte. Estos anuncios muchas veces
fueron tomados con rechazo, desconfianza e incredulidad por las personas que de
una u otra manera eran afectadas. Así mismo se le relaciona con el
fenómeno de la bilocación, es decir, estar a la vez en dos lugares geográficos
distintos.
Las personas que la
conocieron personalmente llegaron a señalar un total de sesenta y ocho
predicciones todas cumplidas, realizadas por la venerable monja". Aquí
habría que preguntarse si alguna se compara a la profecía de catástrofe que
según la beata sufrirá la ciudad por una probable erupción y que por supuesto
no nos hace ninguna gracia a los arequipeños. Al parecer cuando fue elegida
Priora del citado monasterio tuvo más de un inconveniente mayor pues en varias ocasiones envenenaron
sus alimentos, supuestamente, por el estricto control y disciplina que ejercía
con las demás monjas, esto según el libro: Monasterio de Santa Catalina de Sena
de Arequipa, del historiador Dante
Zegarra López (página 429).
Los últimos años de la
venerable monja catalina transcurrieron en la oscuridad de la ceguera. Tenía
mucha dificultad para caminar, sin embargo jamás se quejó o se sintió
desdichada por correr esa suerte.
Antes de ser sepultada, un pintor
captó sus facciones en un retrato, que es el único y verdadero testimonio
gráfico que de su rostro ha quedado para la posteridad. El pintor había
concurrido al Monasterio pese a que en esos días el hombre estaba afectado por
fuertes dolores e incluso de una hinchazón generalizada de su cuerpo. Apenas
concluyó de pintar el retrato de la venerable monja, en un pequeño lienzo y
mientras salía por la portería, sanó completamente y de inmediato la enfermedad
que lo había afectado en los últimos días, desapareció", (una suerte de
retrato de Dorian Gray, donde la enfermedad quizás la sufre el retrato y no la
persona).
Sor Ana de los Ángeles falleció
un 10 de Enero de 1686 y no fue necesario embalsamar su cuerpo, por el buen
olor que despedía. Fue enterrada en el piso de tierra del Coro del templo del
Monasterio. Diez meses después, el cadáver de Sor Ana fue exhumado y
encontraron el cuerpo fresco, sin mal olor y con flexibilidad comprobada de los
músculos y articulaciones.
Luego de su muerte los milagros
continuaron; numerosos casos de personas que padecían alguna enfermedad y al
encomendarse a Sor Ana o tocar alguna prenda que le perteneció, desaparecían
los males que les aquejaban. Todos estos hechos motivaron a las monjas
catalinas a unir testimonios y presentar una petición el 19 de julio de 1686,
es decir a seis meses de su muerte, para que la venerable monja pase a ser la
primera Santa de Arequipa, proceso que todavía no ha llegado a su fin.
La Ceremonia de Beatificación de
Sor Ana de los Ángeles Monteagudo fue celebrada el 2 de Febrero de 1985, en la
ciudad de Arequipa, por el Papa Juan Pablo II.
Con respecto al naranjo hoy un
tronco seco, y la profecía solo nos resta decir que si bien literalmente el
mensaje es preocupante para los ciudadanos que vivimos en esta ciudad, quizás
se haya empezado a cumplir ya dicha sentencia en parte, hablamos de un aspecto
más bien material y económico, siendo Arequipa como todos saben olvidada por
años por los gobiernos de turno y en contraposición la ciudad del Cuzco
bendecida con el auge del turismo mundial.
Solo queda imaginar a una monja
de clausura presurosa, una mañana cualquiera, desplazándose por los corredores
del monasterio yendo a avisar a la Superiora que el naranjo ha florecido,
mientras los humos -quizás naranjas-del Misti anticipen en final de esta tierra
volcánica.