miércoles, 3 de enero de 2018

ORIGENES


Orígenes, en algunos textos antiguos, también Horigenes o bien Origines (Alejandría, 185 - Tiro o Cesarea Marítima, 254) es considerado un Padre de la Iglesia, destacado por su erudición y, junto con San Agustín y Santo Tomás uno de los tres pilares de la teología cristiana. Hijo de San Leonides, nació en Alejandría, y fue discípulo de Clemente de Alejandría y de Ammonio Saccas. Orígenes enseñó el cristianismo a paganos y cristianos. Viajó a Palestina en el año 216, tras ser invitado a dar conferencias sobre las escrituras, pues se caracterizaba por su gran erudición, llegando a ser un gran exégeta.

Nombrado profesor de catecúmenos y director de la escuela teológica de Alejandría, disfrutó de un periodo de creatividad hasta su enfrentamiento con el obispo local, Demetrio, que le llevó a exiliarse a Cesarea de Palestina. La causa, según lo sabemos por Eusebio y Focio, de este enfrentamiento fue la ordenación sacerdotal que Orígenes recibió en Cesarea, sin conocimiento de Demetrio, por parte de Teoctisto de Cesarea y Alejandro de Jerusalén.

Hay que tener en cuenta que, según las ideas de la época, Orígenes no podía recibir las órdenes por ser eunuco, ya que se autoemasculó en su juventud en un arrebato de ascetismo. En el año 248 escribió ocho libros Contra Celso. En el año 250 fue encarcelado durante las persecuciones emprendidas por el emperador Decio. Fue sometido a tortura durante un año y murió cuatro años después como consecuencia del maltrato sufrido.

La mayor parte de su producción literaria se ha perdido, a causa de las violentas polémicas que se encendieron en torno a su ortodoxia, y que terminaron en la condena de sus obras por el Concilio de Constantinopla en 553. Es por eso que la que nos ha llegado es más bien escasa. Se encuentra fundamentalmente en citas registradas en crónicas, tratados de otros autores y las traducciones de San Jerónimo, Rufino y Ambrosius Traversarius. No obstante, se conservan Exaplos, los Principios y la Defensa del Cristianismo.

El 11 de junio de 2012 se anunció el descubrimiento del texto original de una colección de 29 homilías inéditas de los salmos de Orígenes en el manuscrito Monacensis graecus 314 del siglo XI, descubierto por la investigadora italiana Marina Molin Pradel en la Bayerische Staatsbibliothek de Munich. Las homilias no lleva el nombre del autor a causa, seguramente, de la damnatio memoriae con que fue castigado Orígenes por el Concilio ecuménico de Constantinopla en 553.

La importancia del descubrimiento radica en que la gran mayoría de la obra de Orígenes se perdió luego de la condena y de lo que se salvó, que es realtivamente poco, solo una parte mínima ha sobrevivido en su lengua original. Un poco más ha llegado en traducción latina, dado que en Occidente, a pesar de la condena, se continuó leyendo y usando los escritos durante todo el Medioevo.

En particular, de los ciclos de homilías predicadas por Orígenes en los años en torno del 240 en la Iglesia de Cesarea de Palestina, solo de algunas acerca de Jeremías se conocía el original griego, frente a colecciones sobre Génesis, Números y otros libros bíblicos conocidas solo en traducción latina. Orígenes fue el más grande representante de las cartas cristianas en el mundo antiguo y su influencia fue inmensa en la reflexión doctrinal y en la espiritualidad en general, en Oriente y Occidente, en la medida en que se ejerció antes de la condena definitiva.

Esta fue consecuencia del clima de absoluta intolerancia que se instauró, sobre todo en Oriente, a partir del siglo V. La condena perjudicó durante largos siglos su fama y provocó la desaparición de buena parte de sus obras, sobre todo de los originales griegos. En Occidente Orígenes fue estimado por algunos humanistas, especialmente Erasmo, ("aprendo más de una página de Orígenes que de diez de Agustín"), pero fue presa de las iras de los reformadores, ya que su valiente afirmación del libre arbitrio se oponía frontalmente al rígido concepto de predestinación de Lutero y de Calvino.