Parménides de Elea fue un
filósofo griego. Nació entre el 530 a. C. y el 515 a. C. en la ciudad de Elea,
colonia griega del sur de Magna Grecia (Italia). Diógenes Laercio dice que su
padre fue Pires, y que perteneció a una familia rica y noble. También es
Laercio quien trasmite dos fuentes divergentes en lo que se refiere al maestro
del filósofo. Parménides escribió una sola obra: un poema filosófico en verso
épico del cual nos han llegado únicamente algunos fragmentos conservados en
citas de otros autores.
Los especialistas consideran que
la integridad de lo que conservamos es notablemente mayor en comparación con lo
que nos ha llegado de las obras de casi todos los restantes filósofos
presocráticos, y por ello su doctrina puede ser reconstruida con mayor
precisión. Por lo que podemos deducir a partir de los testimonios conservados,
el poema de Parménides representa una revelación divina dividida en dos partes:
La vía de la verdad, donde se
ocupa de «lo que es» o «ente», y expone varios argumentos que demuestran sus
atributos: es ajeno a la generación y la corrupción y por lo tanto es
inengendrado e indestructible, es lo único que verdaderamente existe con lo que
niega la existencia de la nada es homogéneo, inmóvil y perfecto. La vía de las opiniones de los
mortales, donde trata de asuntos como la constitución y ubicación de los
astros, diversos fenómenos meteorológicos y geográficos, y el origen del
hombre, construyendo una doctrina cosmológica completa.
Mientras que el contenido de la
vía de la opinión se asemeja a las especulaciones físicas de los pensadores
anteriores, como los jonios y los pitagóricos, la vía de la verdad contiene una
reflexión completamente nueva que modifica radicalmente el curso de la
filosofía antigua: se considera que Zenón de Elea y Meliso de Samos aceptaron
sus premisas y continuaron su pensamiento.
Los físicos posteriores, como
Empédocles, Anaxágoras y los atomistas, buscaron alternativas para superar la
crisis en la que había sido arrojado el conocimiento de lo sensible. Incluso la
sofística de Gorgias acusa una enorme influencia de Parménides en su forma
argumentativa.
Tanto la doctrina platónica de
las formas como la metafísica aristotélica guardan una deuda incalculable con
vía de la verdad de Parménides. Por esto es por lo que muchos filósofos y
filólogos consideran que Parménides es el fundador de la metafísica occidental.