Mary Flora Bell, nació el 26 de
mayo de 1957 en Newcastle-upon-Tyne, Inglaterra. Fue encarcelada en diciembre
de 1968 con sólo 11 años, culpable del asesinato de dos niños; Martin Brown (4
años) y Brian Howe (3 años). La madre de Bell, Betty, era una prostituta, quien
de vez en cuando se ausentaba de la casa, viajando a Glasgow por motivos de
trabajo. Mary fue su primera hija, que nació cuando Betty tenía 16 años. No se
sabe bien quién fue el padre biológico de Mary, aunque ella creyó gran parte de
su vida que fue Billy Bell, un criminal arrestado por robo a mano armada, quien
se había casado con Betty tiempo después del nacimiento de Mary.
Personas no pertenecientes al
círculo familiar, señalaron que Betty intentó en más de una vez, asesinar a
Mary y hacerlo aparentar como un accidente, en los primeros años de vida de la
pequeña. También, la misma Mary señaló que fue víctima de abuso sexual por
parte de su madre más de una vez, diciendo que ella la obligaba a participar en
actos sexuales con hombres desde los cuatro años de edad. Mary Bell fue
encarcelada por estrangular a un niño pequeño llamado Martin Brown el 25 de
mayo de 1968, el día anterior a cumplir sus 11 años de edad. Por lo que se
sabe, estaba sola al momento del asesinato, entre ese momento y el segundo
asesinato, ella y su amiga Norma Bell (quien no tenía relación familiar con
ella). La Policía de Newcastle desestimó este incidente diciendo que era sólo
una broma.
El 31 de julio de 1968 las dos
tuvieron parte nuevamente en un asesinato y nuevamente por estrangulación, de
Brian Howe de tres años de edad. Los informes de la Policía concluyeron que
Mary Bell volvió al lugar del crimen con una navaja para escribir una
"N" en el estómago del niño, y luego, con esa misma navaja pero con
otra mano, formó la "M". Mary Bell también usó un par de tijeras para
cortar partes del cabello de Brian Howe además de sus genitales. Las niñas eran
muy jóvenes y sus testimonios se contradijeron mucho, por lo que nunca se supo
con claridad lo que sucedió. En principio la muerte de Martin Brown fue
declarada como accidente, ya que no había pruebas de nada extraño. Sin embargo,
la muerte fue vinculada con el asesinato de Brian Howe y finalmente en agosto
las dos niñas fueron detenidas y acusadas de dos cargos de asesinato en segundo
grado.
El 17 de diciembre de 1968, Mary
Bell fue absuelta del cargo de asesinato pero fue condenada por "asesinato
en segundo grado debido a su falta de responsabilidad", el jurado tomó
esta decisión después de escuchar los resultados psiquiátricos de la niña, que
decían que tenía los clásicos síntomas de una psicopatía. Fue sentenciada a la
llamada pena "at Her Majesty's Pleasure", es decir, una sentencia a
prisión indefinida. Norma fue absuelta de ambos cargos. Desde el momento en que
fue presa, Mary fue centro de atención de la prensa británica y de la revista
alemana Stern. La madre de la niña, vendió en varias oportunidades historias
acerca de ella y concedió muchas entrevistas a la prensa sobre Mary,
escribiendo historias y diciendo que eran de la niña. Mary volvió a los
titulares de la prensa de nuevo, cuando en septiembre de 1979, escapó
brevemente de la custodia de la prisión.
Bell fue liberada en 1980 y se le
otorgó un nuevo nombre y se le garantizó el anonimato para poder empezar una
nueva vida junto con su hija, quien nacería en 1984. Esta hija no supo del
pasado de su madre hasta que los periodistas encontraron la localidad donde
vivían, y tuvieron que salir de allí con sábanas sobre sus cabezas.
Originalmente, la identidad de esta hija fue protegida hasta que ella cumplió
los 18 años. Sin embargo, el 21 de mayo de 2003 Bell ganó una batalla legal en
la Corte Suprema para lograr mantener su anonimato y el de su hija por el resto
de sus vidas. En el 2009 Mary Bell se convirtió en abuela.