Nació en el pueblo de Qufu en el
antiguo país de Lu, actual provincia de Shandong, en el seno de una familia de
terratenientes noble, el clan de los Kong. Su padre murió cuando Confucio tenía
tres años y dejó a la familia en la pobreza. Confucio, a pesar de ello, recibió
una esmerada educación. Siendo aún joven, trabajó para la administración del
Estado de Lu. Su primer trabajo fue en los graneros estatales y llegó a
alcanzar el rango de Ministro de Justicia. Dimitió del cargo años más tarde, ya
que no estaba de acuerdo con la política que seguía el príncipe. Una de sus
grandes influencias fue Zi Zhaan, primer ministro de Cheng, quien introdujo el
primer código jurídico en China.
También influyó en Confucio el
escepticismo de su época en lo concerniente a la religión, pues a causa de
haber sufrido muchas guerras se había perdido la fe en los dioses. A los 50
años empezó sus enseñanzas. Viajaba solo de un lado a otro instruyendo a los
contados discípulos que se reunían en torno a él. Su fama como hombre de saber
y carácter, con gran veneración hacia las ideas y costumbres tradicionales, pronto
se propagó por el principado de Lu, y luego a toda China. A partir de la
dinastía Han, diversos emperadores se inspiraron en la obra de Confucio para
organizar la sociedad china. En los siglos posteriores sus enseñanzas
ejercieron una poderosa influencia en la filosofía china y en la historia de
China.
Durante la segunda mitad de la
época en que China estuvo regida por la dinastía Zhou, antes de Confucio, el
gobierno central sufrió un proceso de degeneración y decadencia, y las intrigas
y la relajación de costumbres se generalizaron. Confucio lamentaba el desorden
característico de aquellos tiempos, así como la ausencia de modelos morales que
revirtieran tal situación. Por ello, llegó a la conclusión de que el único
remedio era recuperar y difundir entre la población los principios y preceptos de
los sabios de la antigüedad.
Por este motivo instruía a sus
estudiantes en los clásicos de la literatura china. También subrayó la
importancia de la música china, que en aquella época tenía funciones ceremoniales
y religiosas en las prácticas del Estado y del culto. Propugnó el gran valor
del poder del ejemplo. Los gobernantes, decía, sólo pueden ser grandes si
llevan vidas ejemplares y se guían por principios morales. De esta forma, los
ciudadanos de sus estados tendrían el necesario estímulo para alcanzar la
prosperidad y la felicidad.
Una popular tradición sobre su
vida establece que a los 50 años de edad se convirtió en magistrado de Zhongdu
y un año después fue nombrado para ejercer en Lu un cargo equivalente al de
ministro de Justicia. Confucio habría establecido numerosas reformas que
condujeron a una administración de justicia caracterizada por su imparcialidad
y a la práctica erradicación del crimen. Lu llegó a ser tan poderoso que el
gobernante de un estado vecino intrigó para conseguir la destitución del
ministro.
Es más probable, sin embargo, que
sólo fuera un funcionario menor. En cualquier caso, Confucio dejó su cargo en
el 496 a. C. y se dedicó a viajar por diferentes territorios impartiendo clases
y esperando en vano que algún otro príncipe le permitiera emprender reformas.
En el año 484 a. C., después de que su búsqueda de un gobernante ideal se
revelara por completo infructuosa, regresó por última vez a Lu. Pasó el resto
de su vida escribiendo comentarios sobre los autores clásicos. Falleció en Lu y
fue enterrado en Qufu (Shandong) en el año 479 a. C. El templo y cementerio de
Confucio, así como la residencia de la familia Kong fueron declarados
Patrimonio cultural de la Humanidad en 1994.
CONFUCIANISMO. El confucianismo,
a veces también llamado confucionismo, es el conjunto de doctrinas morales y
religiosas predicadas por Confucio. El nombre en chino de su escuela podría ser
traducido por ‘escuela de los letrados’. El confucianismo ha ejercido una gran
influencia sobre China, Corea, Vietnam y Japón. Fue la religión oficial de
China hasta el siglo VII. El canon de la filosofía confuciana lo componen los
Cuatro libros.
Su pensamiento se formó durante
un largo período que abarca las épocas de Primaveras y Otoños y Reinos
Combatientes (siglos VII al III a. C.). Cuando China fue reunificada por Qin
Shi Huang (221 a. C.), ya era una doctrina perfectamente formada y definida,
con muchos seguidores y un gran corpus textual. Luego de la breve dinastía Qin,
su núcleo fundamental se ha mantenido intacto, excepto por posibles errores de
transmisión e interpolaciones que sólo afectan lo accidental.
Como para la mayor parte de sus
contemporáneos, los confucianos ven al cosmos como algo armónico que regula las
estaciones, la vida animal, la vegetal y la humana. Si esta armonía era
trastornada, habría graves consecuencias. Un ejemplo común que utiliza el
confucianismo es el del mal gobernante que conduce a su pueblo a la ruina
mediante su conducta. El mal gobierno contradiría el orden natural y viola el
Mandato del Cielo. El gobernante que se conduce así pierde su legitimidad y
puede ser depuesto por otro que recibirá este mandato.
Los medios para alcanzar la
máxima excelencia o Zhi shan eran dos: el estudio y la introspección, entendida
como un mirar hacia dentro, es decir, el conocimiento pleno de uno mismo. El
estudio de textos antiguos y de las lecciones de los sabios y la naturaleza es
la base de la mejora individual. Además, sirve como soporte para la
introspección porque el hombre debe ver qué hay de bueno dentro de sí y
desarrollarlo. La bondad natural humana, capital en las enseñanzas de Mencio,
parte del mismo principio de que lo bueno se encuentra dentro del hombre y que
debe ser descubierto usando la introspección. Así, un hombre superior podrá
obtener Ren y Li.
También el confucianismo da gran
importancia a los ritos. Al ser una forma de conservar el pasado mítico que fue
legado, el confucianismo apoya que se los siga practicando y les da nuevos
valores. Eran vistos por los confucianos como un símbolo de jerarquía y poder.
Además, son un método de autodisciplina y dominio de uno mismo, al hacer que el
individuo deba realizar algo de una manera precisa. Los ritos garantizan que la
sociedad y el Estado funcionen correctamente, ya que las acciones del gobierno
deben tener orden y jerarquía.