martes, 15 de mayo de 2018

AQUILES, EL DE LOS PIES LIGEROS


Aquiles es un personaje de la mitología griega. Fue hijo del rey Peleo y de la diosa Tetis, sin embargo, no adquirió la inmortalidad de su madre sino que fue mortal como su padre; Tetis sabía que su hijo era mortal, por ello trató infundirle esta cualidad de los dioses sumergiéndolo en el río Estigia. Así consiguió hacerlo inmortal en todo su cuerpo, excepto el talón por donde lo sujetaba. También se atribuía su invulnerabilidad a que Tetis, en su propósito de hacerlo inmortal, quemó su cuerpo y lo cubrió de ambrosía, el néctar de los dioses.

Pero Peleo arrancó con violencia al niño de sus manos y, éste, quedó con un talón carbonizado, que su padre sustituyó por la taba del gigante Dámiso, célebre por su velocidad en la carrera. De ahí que se nombrara a Aquiles como "el de los pies ligeros".

El niño fue confiado al centauro Quirón, quien le alimentó con fieros jabalíes, entrañas de león y médula de oso para aumentar su valentía; además, le enseñó el tiro con arco, el arte de la elocuencia y la curación de las heridas. La musa Calíope le enseñó el canto, y el profeta Calcante predijo que se le daría a escoger entre una vida corta y gloriosa o larga en años y anodina. El héroe escogió la primera y cobró fama por sus hazañas y grandes aventuras, siendo, las últimas, las narradas en la Ilíada.

Durante su juventud, el adivino Calcas auguró que nunca podría ser conquistada la ciudad de Troya sin que Aquiles interviniese en la batalla, de igual forma un oráculo anunció a Tetis que su hijo habría de morir frente a las murallas de esa ciudad. Cuando comenzó la guerra, para evitar su marcha, Tetis trató de ocultar a Aquiles vistiéndolo de doncella y reenviándole a la corte de Licomedes, rey de Esciro, en donde vivió con las hijas del monarca durante nueve años. Allí Aquiles recibió el nombre de Pirra, por sus cabellos dorados. En su estancia se enamoró de la hija de Licomedes y se casó con ella, de esta unión nació Neoptólemo.

Ulises, necesitaba a Aquiles para tomar Troya, por ello se presentó en la corte de Licomedes vestido de mercader y ofreció sus mercancías a las princesas, entre las que se encontraba Aquiles bajo la apariencia de Pirra. El falso mercader hacía colocado junto a objetos eminentemente femeninos, joyas, telas, perfumes, varias armas de gran valor. De este modo Ulises descubrió a Aquiles, pues se interesó de inmediato por una espada, a diferencia de las demás doncellas.

Aquiles partió voluntariamente a la guerra acompañado de su amigo Patroclo y libró muchas batallas durante el sitio a la ciudad de Troya. Cuando el rey miceno Agamenón tomó a la doncella cautiva Briseida, Aquiles retiró a los mirmidones de la batalla y se encerró encolerizado en su tienda. Los troyanos, envalentonados por su ausencia, atacaron a los griegos y los forzaron a retirarse. Entonces Patroclo, amigo y compañero de Aquiles, le pidió que le prestara su armadura y le dejara avanzar con los mirmidones a la batalla.

Aquiles aceptó, pero el príncipe troyano Héctor mató a Patroclo; entonces el desconsolado Aquiles pidió a su madre una nueva armadura cuya confección la diosa encargó a Hefesto, dios del fuego y del hierro, así armado volvió a la batalla y retó al troyano Héctor a quién mató, arrastrando su cuerpo atado a su carro en torno a las murallas de Troya, sin permitir que tuviese los funerales que le correspondían; sólo cuando Príamo, el padre de Héctor y rey de Troya se lo pidió accedió Aquiles a devolver el cuerpo de su enemigo.

Continuó luchando, derrotando una y otra vez a los troyanos y a sus aliados, incluida la guerrera amazona Pentesilea. Finalmente, Paris, hijo de Príamo, con la ayuda del dios Apolo, hirió mortalmente a Aquiles con una flecha en su único punto vulnerable, el talón. Después de su muerte hubo una disputa por su armadura, y se decidió otorgarla al más bravo de los griegos. Ulises y Áyax compitieron en la final, cada uno con un discurso explicando por qué se lo merecían más que nadie. Ulises ganó, y Áyax perdió la razón y se suicidó.