martes, 29 de mayo de 2018

MIGUEL ANGEL, EL DIVINO

Miguel Ángel Buonarroti, nació el 6 de marzo de 1475 en Capresa, cerca de Florencia. Murió en Roma en 18 de febrero de 1564. Fue otro genio universal del Renacimiento. a juzgar por su obra, el más grande escultor y fresquista, además de arquitecto, matemático, filósofo y poeta excepcional. Miguel Ángel fue más escultor que pintor porque a su parecer los escultores realizan lo que los pintores proyectan. Durante su vida prefirió orgullosamente en trato de escultor, no obstante haber realizado asombrosas pinturas al fresco en la decoración de la Capilla Sixtina y que lo glorifican más que sus colosales personajes de mármol.

Mostró siempre notable antagonismo a Leonardo de Vinci desdeñando sus pinturas de caballete con temas delicados, sentimentales y sombríos seguramente convencido de su insuperable calidad. Emprendió entonces Miguel Ángel temas enérgicos, llenos de vida y de movimiento en tamaño colosal, logrando por supuesto genial realización no igualada en magnitud cuantitativa y artística. Sin embargo el gran maestro de la escultora, tuvo para la pintura el mejor de los gestos, cuando en profunda y a la vez sencilla filosofía, dice:

“La pintura es fuente de las demás artes; de ella nacen, como ríos, la escultura y la arquitectura, y las otras artes y labores mecánicas son sólo arroyos, y a veces charcos palúdicos. Algunas veces imagino que no existe más que una sola arte o ciencia, que es la Pintura. Porque considerándola bien, todo lo que hacemos en esta vida es para contribuir a formar o pintar el mundo. Creamos nuevas formas y figuras al movernos; le damos color con nuevas modas y vestidos; llenamos el espacio con edificios; al cultivas los campos, hacemos dibujos sobre la tierra; las velas se marcan en el mar; al combatir, al morir, y con todas nuestras operaciones, llenamos la tierra de líneas y movimientos”.

CARACTERES ESTÉTICOS DEL ARTE DE MIGUEL ÁNGEL

Toda la obra de Miguel es grandiosa y monumental. Sus personajes son de tamaño colosal, enormes, musculosos, dotados de extraordinario vigor y fuerza expresiva, en eterno movimiento. No obstante su heroica dimensión son hermosamente proporcionados, naturales, espontáneos.

La sensación de movimiento lo consigue mediante la introducción de la línea curva más o menos fuerte en la conformación de sus figuras y de sus agrupaciones. Recurre siempre a la multitud de personajes para la realización de sus grandes composiciones al fresco y en escultura.

Su técnica es libre, alcanzando espontáneamente un alto grado de perfección plástica. La frescura, la transparencia y la naturalidad de las calidades las logra con acierto genial. Su color luminoso y abundante inicia una nueva modalidad estética. En cuanto a la línea, al color y la composición, se presenta como precursor del arte barroco, cuya tónica era causar estupor.

Miguel Ángel logró causar estupor con sus grandiosas creaciones renacentistas; entre ellas, la gigante decoración de la bóveda de la Capilla Sixtina y el Juicio Final como también con sus conjuntos escultóricos.

LA CAPILLA SIXTINA

El lugar donde queda perpetuada la memoria de Miguel Ángel es la Capilla Sixtina del Vaticano, en Roma. Este sagrado recinto Papal, más admirado en el mundo le depara a Miguel Ángel eterna gloria y aprecio universal; más aún, que aquellas hermosísimas tumbas del Papa Julio II y sus parientes Lorenzo II de Medici y Giuliano II de Mediel.


La Capilla Sixtina fue construida y decorada lateralmente en el siglo XV por el Papa Sixto V en cuyo honor se le dio el nombre de Sixtina. Empezó la decoración de la bóveda de la capilla el Papa Julio II en 1508, señalando a Miguel Ángel para la ejecución de los frescos. Miguel Ángel tuvo entonces que suspender la gran obra que en la época realizaba, la magnífica tumba del Papa Julio II y dedicar su atención a la nueva gigantesca pintura.

El sacro lugar es iglesia de una sola nave, de 40 metros de largo por 13 metros de ancho. Cerrada en las caras laterales por altas paredes magníficamente decoradas por pintores cuatrocentistas, Botticelli, Ghirlandajo, Perugino y otros, ya en la época de Sixto V; y por la parte superior la cubre una bóveda de cañón cuya superficie llenan innumerables personajes bíblicos pintados por Miguel Ángel. En el fondo puede apreciarse también, el enorme fresco del Juicio Final. Es pues en definitiva el Santuario más rico y hermoso del mundo, donde la piedad se identifica con la grandeza  de la que es capaz el espíritu humano.

EL DECORADO DE LA BÓVEDA DE LA CAPILLA SIXTINA

Miguel Ángel inició la decoración de la bóveda en mayo de 1508. Empezó por la entrada a la Capilla, motivo aparentemente equívoco para muchos críticos, porque lo correcto indican, hubiese sido comenzar por el fondo en dirección al altar. El grandioso fresco de la bóveda comprende en el centro nueve cuadros bíblicos referentes a la creación e inicios de la vida del mundo, que vistos saliendo del alatar hacia la puerta conforman las siguientes trilogías:

Trilogía cósmica (las tres primeras)
1. Separación de la luz y las tinieblas, de la tierra y el agua.
2. Creación de los astros y las plantas.
3. Creación de los animales.

Trilogía humana (las tres centrales)
4.  Creación del hombre.
5.  Creación de la mujer.
6.  Pecado y expulsión del Paraíso.

Trilogía social (las tres últimas)
7.  Sacrificio de Noé.
8.  Diluvio.
9.  Borrachera de Noé.

Cada escena es una maravillosa creación artística, iconográfica y filosófica. En los vértices de cuadro hay sentado sobre un poyo un joven desnudo en actitud indiferente, para contrastar la acción intensa de los personajes centrales. Estos muchachos comparsas, innominados, impersonales, plasma de humanidad como los llama José Pijoán, son de eterna juventud para significar la invariable juventud de la humanidad según la filosofía de Miguel Ángel.

A los lados, dentro de los espacios trapezoidales se encuentran alternados siete profetas y cinco sibilas o profetisas; que por el número hace pensar que posiblemente el artista tuvo intención de poner a los doce apóstoles. Llenando los espacios triangulares extremos y laterales se ven otros pasajes bíblicos y numerosos personajes conocidos como antepasados de Jesús. El decorado fue expuesto al público en noviembre de 1512.

El intenso trabajo realizado por Miguel Ángel en tan poco tiempo en aquella vastísima obra, como también las muchas dificultades que le agobiaron, quebrantaron su salud teniendo que hospitalizarse durante dos años para su restablecimiento.

Idea de sus grandes peripecias y sus tristes consecuencias se deduce de los versos que escribiera en un soneto explicando variados incidentes en la realización. Esos versos dicen así: “Por doblarme estoy ya jorobado, como se dobla el gato en Lombardía. El cogote en el suelo colocado, curvo el pecho, que parece ya de harpía. El pincel goteando en las mejillas, hace de la cara un pavimento; los lomos tengo dentro de las costillas, y los ojos ven sólo el firmamento.

EL JUICIO FINAL


Otra de las grandes obras de arte de Miguel Ángel es el Juicio Final; grandioso fresco que se halla también en la Capilla Sixtina, detrás del altar, según se puede apreciar en la pintura. Demoró el artista seis años en su realización, de 1535 a 1541. El encargo le fue encomendado a Miguel Ángel por el Papa Paulo III. (Por Juan Villacorta Paredes)