Miguel Ángel Buonarroti,
nació el 6 de marzo de 1475 en Capresa, cerca de Florencia. Murió en Roma en 18
de febrero de 1564. Fue otro genio universal del Renacimiento. a juzgar por su
obra, el más grande escultor y fresquista, además de arquitecto, matemático,
filósofo y poeta excepcional. Miguel Ángel fue más escultor que pintor porque a
su parecer los escultores realizan lo que los pintores proyectan. Durante su
vida prefirió orgullosamente en trato de escultor, no obstante haber realizado
asombrosas pinturas al fresco en la decoración de la Capilla Sixtina y que lo
glorifican más que sus colosales personajes de mármol.
Mostró siempre
notable antagonismo a Leonardo de Vinci desdeñando sus pinturas de caballete
con temas delicados, sentimentales y sombríos seguramente convencido de su
insuperable calidad. Emprendió entonces Miguel Ángel temas enérgicos, llenos de
vida y de movimiento en tamaño colosal, logrando por supuesto genial
realización no igualada en magnitud cuantitativa y artística. Sin embargo el
gran maestro de la escultora, tuvo para la pintura el mejor de los gestos,
cuando en profunda y a la vez sencilla filosofía, dice:
“La pintura es
fuente de las demás artes; de ella nacen, como ríos, la escultura y la
arquitectura, y las otras artes y labores mecánicas son sólo arroyos, y a veces
charcos palúdicos. Algunas veces imagino que no existe más que una sola arte o
ciencia, que es la Pintura. Porque considerándola bien, todo lo que hacemos en
esta vida es para contribuir a formar o pintar el mundo. Creamos nuevas formas
y figuras al movernos; le damos color con nuevas modas y vestidos; llenamos el
espacio con edificios; al cultivas los campos, hacemos dibujos sobre la tierra;
las velas se marcan en el mar; al combatir, al morir, y con todas nuestras
operaciones, llenamos la tierra de líneas y movimientos”.
CARACTERES ESTÉTICOS DEL ARTE DE MIGUEL
ÁNGEL
Toda la obra de
Miguel es grandiosa y monumental. Sus personajes son de tamaño colosal,
enormes, musculosos, dotados de extraordinario vigor y fuerza expresiva, en
eterno movimiento. No obstante su heroica dimensión son hermosamente
proporcionados, naturales, espontáneos.
La sensación de
movimiento lo consigue mediante la introducción de la línea curva más o menos
fuerte en la conformación de sus figuras y de sus agrupaciones. Recurre siempre
a la multitud de personajes para la realización de sus grandes composiciones al
fresco y en escultura.
Su técnica es
libre, alcanzando espontáneamente un alto grado de perfección plástica. La
frescura, la transparencia y la naturalidad de las calidades las logra con
acierto genial. Su color luminoso y abundante inicia una nueva modalidad
estética. En cuanto a la línea, al color y la composición, se presenta como
precursor del arte barroco, cuya tónica era causar estupor.
Miguel Ángel
logró causar estupor con sus grandiosas creaciones renacentistas; entre ellas,
la gigante decoración de la bóveda de la Capilla Sixtina y el Juicio Final como
también con sus conjuntos escultóricos.
LA CAPILLA SIXTINA
El lugar donde
queda perpetuada la memoria de Miguel Ángel es la Capilla Sixtina del Vaticano,
en Roma. Este sagrado recinto Papal, más admirado en el mundo le depara a
Miguel Ángel eterna gloria y aprecio universal; más aún, que aquellas
hermosísimas tumbas del Papa Julio II y sus parientes Lorenzo II de Medici y
Giuliano II de Mediel.
La Capilla
Sixtina fue construida y decorada lateralmente en el siglo XV por el Papa Sixto
V en cuyo honor se le dio el nombre de Sixtina. Empezó la decoración de la bóveda
de la capilla el Papa Julio II en 1508, señalando a Miguel Ángel para la
ejecución de los frescos. Miguel Ángel tuvo entonces que suspender la gran obra
que en la época realizaba, la magnífica tumba del Papa Julio II y dedicar su
atención a la nueva gigantesca pintura.
El sacro lugar
es iglesia de una sola nave, de 40 metros de largo por 13 metros de ancho.
Cerrada en las caras laterales por altas paredes magníficamente decoradas por
pintores cuatrocentistas, Botticelli, Ghirlandajo, Perugino y otros, ya en la
época de Sixto V; y por la parte superior la cubre una bóveda de cañón cuya
superficie llenan innumerables personajes bíblicos pintados por Miguel Ángel.
En el fondo puede apreciarse también, el enorme fresco del Juicio Final. Es
pues en definitiva el Santuario más rico y hermoso del mundo, donde la piedad
se identifica con la grandeza de la que
es capaz el espíritu humano.
EL DECORADO DE LA BÓVEDA DE LA CAPILLA
SIXTINA
Miguel Ángel
inició la decoración de la bóveda en mayo de 1508. Empezó por la entrada a la
Capilla, motivo aparentemente equívoco para muchos críticos, porque lo correcto
indican, hubiese sido comenzar por el fondo en dirección al altar. El grandioso
fresco de la bóveda comprende en el centro nueve cuadros bíblicos referentes a
la creación e inicios de la vida del mundo, que vistos saliendo del alatar
hacia la puerta conforman las siguientes trilogías:
Trilogía cósmica (las tres
primeras)
1. Separación de la luz y las tinieblas, de la tierra y el agua.
2. Creación de los astros y las plantas.
3. Creación de los animales.
Trilogía humana (las tres
centrales)
4. Creación del hombre.
5. Creación de la mujer.
6. Pecado y expulsión del Paraíso.
Trilogía social (las tres
últimas)
7. Sacrificio de Noé.
8. Diluvio.
9. Borrachera de Noé.
Cada escena es
una maravillosa creación artística, iconográfica y filosófica. En los vértices
de cuadro hay sentado sobre un poyo un joven desnudo en actitud indiferente,
para contrastar la acción intensa de los personajes centrales. Estos muchachos
comparsas, innominados, impersonales, plasma de humanidad como los llama José
Pijoán, son de eterna juventud para significar la invariable juventud de la
humanidad según la filosofía de Miguel Ángel.
A los lados,
dentro de los espacios trapezoidales se encuentran alternados siete profetas y
cinco sibilas o profetisas; que por el número hace pensar que posiblemente el
artista tuvo intención de poner a los doce apóstoles. Llenando los espacios
triangulares extremos y laterales se ven otros pasajes bíblicos y numerosos
personajes conocidos como antepasados de Jesús. El decorado fue expuesto al
público en noviembre de 1512.
El intenso
trabajo realizado por Miguel Ángel en tan poco tiempo en aquella vastísima
obra, como también las muchas dificultades que le agobiaron, quebrantaron su
salud teniendo que hospitalizarse durante dos años para su restablecimiento.
Idea de sus
grandes peripecias y sus tristes consecuencias se deduce de los versos que
escribiera en un soneto explicando variados incidentes en la realización. Esos
versos dicen así: “Por doblarme estoy ya jorobado, como se dobla el gato en
Lombardía. El cogote en el suelo colocado, curvo el pecho, que parece ya de
harpía. El pincel goteando en las mejillas, hace de la cara un pavimento; los
lomos tengo dentro de las costillas, y los ojos ven sólo el firmamento.
EL JUICIO FINAL
Otra de las
grandes obras de arte de Miguel Ángel es el Juicio Final; grandioso fresco que
se halla también en la Capilla Sixtina, detrás del altar, según se puede
apreciar en la pintura. Demoró el artista seis años en su realización, de 1535
a 1541. El encargo le fue encomendado a Miguel Ángel por el Papa Paulo III.
(Por Juan Villacorta Paredes)