sábado, 9 de junio de 2018

MURO DE LAS LAMENTACIONES

El Muro de las Lamentaciones o Muro de los Lamentos es el sitio más sagrado del judaísmo. Su nombre en hebreo significa simplemente "muro occidental". Es el último vestigio del Templo de Jerusalén, el edificio más sagrado del judaísmo. Los restos que aún quedan datan de la época de Herodes el Grande quien mandó construir grandes muros de contención alrededor del Monte Moriá, en el año 37 a.C. ampliando la pequeña explanada sobre la cual fueron edificados el Primer y el Segundo Templo de Jerusalén. Formando lo que hoy se conoce como la Explanada de las Mezquitas (por la tradición musulmana) o Explanada del Templo (por la tradición judeocristiana).

El Primer Templo, Templo de Salomón, fue construido en el siglo X a. C., y destruido por los babilonios en el 586 a. C. El Segundo Templo, en tanto, fue reconstruido por los líderes Zorobabel, Esdras y Nehemías en el año 536 a.d.c. a la vuelta del Exilio de Babilonia, y vuelto a destruir por los romanos en el año 70 de nuestra era, durante la Gran Revuelta Judía. De tal modo, cada templo se mantuvo en pie por unos 400 años.

De acuerdo con la historia, cuando las legiones del emperador Vespasiano destruyeron el templo, sólo una parte del muro exterior quedó en pie. El entonces general Tito dejó este muro para que los judíos tuvieran el amargo recuerdo de que Roma había vencido a Judea (de ahí el nombre de Muro de las Lamentaciones). Los judíos, sin embargo, lo atribuyeron a una promesa hecha por Dios, según la cual siempre quedaría en pie al menos una parte del sagrado templo como símbolo de su alianza perpetua con el pueblo judío.

Los judíos han rezado frente a este muro durante los últimos dos mil años, creyendo que este es el lugar accesible más sagrado de la Tierra, ya que no pueden acceder al interior de la Explanada de las Mezquitas, que sería el más sagrado de todos. En todo caso, las oraciones hebraicas frente al muro no se limitan a las lamentaciones. Se lee el libro de los Salmos y se realizan ceremonias de Bar Mitzva. Alabanzas y peticiones (orales y escritas) son comunes y continuas.


Comúnmente frente a él se lamenta la destrucción de la ciudad y la dispersión del pueblo hebreo, siendo el viernes un día de especial intensidad. La tradición de introducir un pequeño papel con una plegaria entre las rendijas del muro tiene varios siglos de antigüedad. Entre los rezos de los judíos se incluyen las fervientes súplicas a Dios para que vuelva a la tierra de Israel, el retorno de todos los exiliados judíos, la reconstrucción del templo (el tercero), y la llegada de la era mesiánica con la venida del mesías judío.

El Muro de las Lamentaciones es sagrado para los judíos debido a que es el último trozo del muro que rodeaba el Templo por el sur y por el este. Además, el Muro es el lugar más cercano al sancta sanctorum o lugar santísimo (1Reyes 8:6-8). De las tres secciones del muro, el del este, del sur y del oeste, el del oeste es el lugar tradicional de oración (de ahí su nombre en hebreo, Hakótel Hama'araví, "el Muro Occidental").

SEIS RAZONES POR LAS CUALES EL MURO ES SAGRADO

1. Lugar del Templo Sagrado: El Muro de los Lamentos es el único resquicio del Templo Sagrado en Jerusalén, que fue destruido por Tito en el año 70 d.d.c. El Templo, centro del mundo espiritual era el principal medio de transmisión de divinidad para nuestro mundo. El monte del Templo es también llamado Monte Moriá. Es el lugar donde Abraham intento sacrificar a su hijo Ytzjak, y donde Yaacov soñó con la escalera que subía al cielo.


2. Recuerdo Permanente de la Existencia de Dios: Nuestros sabios profetizaron que después de la destrucción del Templo la presencia divina nunca dejaría el Muro de los Lamentos (Occidental). Él está repleto de santidad eterna. Por esta razón él nunca será destruido. El muro simboliza al Pueblo Judío, que también sufrió varios esfuerzos para ser destruido, y, así como el Muro, sobrevivió y se mantuvo a pesar de sus enemigos, y continúa fuerte. Cuando D'os hizo su alianza con Abraham, dijo que esta sería eterna, asegurando la existencia eterna del Pueblo Judío.

3. Lugar de Lágrimas y Peregrinación: Durante los tiempos del Templo, los Judíos de toda Israel peregrinaban al Templo tres veces al año. Durante los 1900 años de exilio los judíos siempre viajaron para Jerusalén para tener la oportunidad de rezar en el Muro, orando por la redención. De 1948 a 1967, durante la ocupación árabe de Jerusalén, a los judíos les fue prohibido acceder al lugar del Muro. Con la liberación de Jerusalén, en 1967, el lugar quedo abierto para que el Pueblo Judío pudiese orar en su lugar más sagrado.

4. Foco de las Oraciones: Tres veces al día, por millares de años, los rezos judíos siempre fueron hechos en dirección al Muro en Jerusalén. Como decía el Rabino Yehudá Ha Levi, "Estoy en occidente, pero mi corazón está en Oriente (Jerusalén)". Nuestra tradición mística dice que todas nuestros rezos van para el lugar del Templo, y de allá, ascienden para el cielo. El Talmud dice que si alguien está rezando fuera de la Tierra de Israel, su corazón debe estar dirigido para Jerusalén. Como dice la Biblia: "Y ellos rezaran para Ti a través de la tierra que Tu les diste, a través de la tierra que Tu diste a sus antepasados, la ciudad que Tu escogiste, en la casa que construí en Su nombre." (Reyes I 8:48).


5. Construido con Amor y Dedicación: Cuando el Templo estaba siendo construido, el trabajo fue dividido entre varios sectores de la población. La construcción del Muro de los Lamentos (Occidental) quedo a cargo de los más pobres, y ellos trabajaron duro para construirlo, pues no podían contratar trabajadores para construir por ellos. Cuando el enemigo destruyo el Templo, ángeles descendieron del cielo y protegieron al Muro construido por los más pobres, que nunca debería ser destruido.

6. Lugar de Heroísmo Judío: Cuando el Primer y el Segundo Templos fueron destruidos, y durante la Revuelta de Bar Cojba, héroes de Israel lucharon como bravos leones para defender cada piedra del Templo. Ellos sirvieron como ejemplo de coraje para el Pueblo Judío. Como ellos, los soldados israelíes, en 1967, lucharon arduamente para liberar el Muro de los Lamentos (Occidental) y el Monte del Templo y reconquistarlos para la soberanía israelí.