jueves, 11 de enero de 2018

TIBERIO CLAUDIO CESAR


Tiberio Claudio César Augusto Germánico, nació en Lyon, el 1 de agosto de 10 a. C. y murió asesinado en  Roma, el 13 de octubre de 54 d. C. Sus padres fueron el cuestor y pretor Druso el Mayor y su mujer Antonia. Historiador y político romano, fue el cuarto emperador romano de la dinastía Julio-Claudia, y gobernó desde el 24 de enero del año 41 hasta su muerte en el año 54. Nacido en Lugdunum, en la Galia, fue el primer emperador romano nacido fuera de la Península Itálica. Permaneció apartado del poder por sus deficiencias físicas, cojera y tartamudez, hasta que su sobrino Calígula, tras convertirse en emperador, lo nombró cónsul y senador.

Su poca actuación en el terreno político que representaba su familia le sirvió para sobrevivir en las distintas conjuras que provocaron la caída de Tiberio y Calígula. En esta última conjura, los pretorianos que asesinaron a su sobrino lo encontraron tras una cortina, donde se había escondido creyendo que lo iban a matar. Tras la muerte de Calígula, Claudio era el único hombre adulto de su familia.

Este motivo, junto a su aparente debilidad y su inexperiencia política, hicieron que la guardia pretoriana lo proclamara emperador, pensando tal vez que sería un títere fácil de controlar. Pese a sus taras físicas, su falta de experiencia política y que lo considerasen tonto y padeciera complejos de inferioridad por causa de burlas desde su niñez y estigmatizado por su propia madre, Claudio fue un brillante estudiante, gobernante y estratega militar, además de ser querido por el pueblo y ser el hombre más poderoso del mundo conocido.

Su gobierno fue de gran prosperidad en la administración y en el terreno militar. Durante su reinado, las fronteras del Imperio romano se expandieron, produciéndose la conquista de Britania. El emperador se tomó un interés personal en el Derecho, presidiendo juicios públicos y llegando a promulgar veinte edictos al día. En cualquier caso, se lo vio como un personaje vulnerable, especialmente entre la aristocracia.

Claudio se vio obligado a defender constantemente su posición descubriendo sediciones, lo que se tradujo en la muerte de muchos senadores romanos. Claudio también se enfrentó a serios reveses en su vida familiar, uno de los cuales podría haber supuesto su asesinato. Estos eventos dañaron su reputación entre los escritores antiguos, si bien los historiadores más recientes han revisado éstas opiniones.

Según Vincent Scramuzza, cuando Claudio decidió escribir sobre las guerras civiles de la república romana fue demasiado verídico y demasiado crítico con su abuelo Augusto. Algunos apuntan que sirvió para recordar al emperador que su nieto Claudio era descendiente de Marco Antonio. Tanto su abuela como su madre intervinieron y apartaron a Claudio de la esfera política. Lo que resulta curioso es que, cuando años después retomó su faceta como escritor, obvió estas guerras civiles. Tal vez por ello, cuando se erigió el arco del triunfo de Pavía en el año 8 su nombre apareció junto a los príncipes fallecidos Cayo y Lucio César y el de sus sobrinos. Otros, incluso, dicen que su nombre no aparecía y que fue él, años después, quién ordenó que lo escribieran. A pesar de ello, el emperador Augusto le nombró representante de los caballeros de Roma.

El consenso general entre los historiadores antiguos es que Claudio fue asesinado mediante el envenenamiento, posiblemente utilizando setas, y que murió en las primeras horas del día 13 de octubre de 54. Sin embargo, los relatos muestran importantes discrepancias. Algunos dicen que Claudio estaba en Roma mientras que otros afirman que estaba en Sinuessa. Algunos sugieren que tanto Haloto, su catador, como Jenofonte, su doctor, o la infame envenenadora Locusta, podrían haber sido los administradores de la sustancia mortal.

Algunos dicen que murió tras un prolongado sufrimiento luego de una sola dosis administrada en la cena, y algunos afirman que se recuperó y fue envenenado de nuevo. Casi todos implican a su última esposa, Agripina, como instigadora. De hecho, es probable que fuera Agripina quien le envenenara para facilitar a su propio hijo, Nerón, la ascensión al trono imperial. Tras esto, Claudio murió en la noche del 13 de octubre de 54 d.C. Tenía 64 años.