Tiberio Claudio César Augusto
Germánico, nació en Lyon, el 1 de agosto de 10 a. C. y murió asesinado en Roma, el 13 de octubre de 54 d. C. Sus padres
fueron el cuestor y pretor Druso el Mayor y su mujer Antonia. Historiador y
político romano, fue el cuarto emperador romano de la dinastía Julio-Claudia, y
gobernó desde el 24 de enero del año 41 hasta su muerte en el año 54. Nacido en
Lugdunum, en la Galia, fue el primer emperador romano nacido fuera de la
Península Itálica. Permaneció apartado del poder por sus deficiencias físicas,
cojera y tartamudez, hasta que su sobrino Calígula, tras convertirse en
emperador, lo nombró cónsul y senador.
Su poca actuación en el terreno
político que representaba su familia le sirvió para sobrevivir en las distintas
conjuras que provocaron la caída de Tiberio y Calígula. En esta última conjura,
los pretorianos que asesinaron a su sobrino lo encontraron tras una cortina,
donde se había escondido creyendo que lo iban a matar. Tras la muerte de
Calígula, Claudio era el único hombre adulto de su familia.
Este motivo, junto a su aparente
debilidad y su inexperiencia política, hicieron que la guardia pretoriana lo
proclamara emperador, pensando tal vez que sería un títere fácil de controlar.
Pese a sus taras físicas, su falta de experiencia política y que lo
considerasen tonto y padeciera complejos de inferioridad por causa de burlas
desde su niñez y estigmatizado por su propia madre, Claudio fue un brillante
estudiante, gobernante y estratega militar, además de ser querido por el pueblo
y ser el hombre más poderoso del mundo conocido.
Su gobierno fue de gran
prosperidad en la administración y en el terreno militar. Durante su reinado,
las fronteras del Imperio romano se expandieron, produciéndose la conquista de
Britania. El emperador se tomó un interés personal en el Derecho, presidiendo
juicios públicos y llegando a promulgar veinte edictos al día. En cualquier
caso, se lo vio como un personaje vulnerable, especialmente entre la
aristocracia.
Claudio se vio obligado a
defender constantemente su posición descubriendo sediciones, lo que se tradujo
en la muerte de muchos senadores romanos. Claudio también se enfrentó a serios
reveses en su vida familiar, uno de los cuales podría haber supuesto su
asesinato. Estos eventos dañaron su reputación entre los escritores antiguos,
si bien los historiadores más recientes han revisado éstas opiniones.
Según Vincent Scramuzza, cuando
Claudio decidió escribir sobre las guerras civiles de la república romana fue
demasiado verídico y demasiado crítico con su abuelo Augusto. Algunos apuntan
que sirvió para recordar al emperador que su nieto Claudio era descendiente de
Marco Antonio. Tanto su abuela como su madre intervinieron y apartaron a
Claudio de la esfera política. Lo que resulta curioso es que, cuando años
después retomó su faceta como escritor, obvió estas guerras civiles. Tal vez
por ello, cuando se erigió el arco del triunfo de Pavía en el año 8 su nombre
apareció junto a los príncipes fallecidos Cayo y Lucio César y el de sus
sobrinos. Otros, incluso, dicen que su nombre no aparecía y que fue él, años
después, quién ordenó que lo escribieran. A pesar de ello, el emperador Augusto
le nombró representante de los caballeros de Roma.
El consenso general entre los
historiadores antiguos es que Claudio fue asesinado mediante el envenenamiento,
posiblemente utilizando setas, y que murió en las primeras horas del día 13 de
octubre de 54. Sin embargo, los relatos muestran importantes discrepancias.
Algunos dicen que Claudio estaba en Roma mientras que otros afirman que estaba
en Sinuessa. Algunos sugieren que tanto Haloto, su catador, como Jenofonte, su
doctor, o la infame envenenadora Locusta, podrían haber sido los
administradores de la sustancia mortal.
Algunos dicen que murió tras un
prolongado sufrimiento luego de una sola dosis administrada en la cena, y
algunos afirman que se recuperó y fue envenenado de nuevo. Casi todos implican
a su última esposa, Agripina, como instigadora. De hecho, es probable que fuera
Agripina quien le envenenara para facilitar a su propio hijo, Nerón, la
ascensión al trono imperial. Tras esto, Claudio murió en la noche del 13 de
octubre de 54 d.C. Tenía 64 años.