jueves, 11 de enero de 2018

POSEIDON


Poseidón, es el dios del mar, las tormentas y, como «Agitador de la Tierra», de los terremotos en la mitología griega. El nombre del dios marino etrusco Nethuns fue adoptado en latín para Neptuno (Neptunus) en la mitología romana, siendo ambos dioses del mar análogos a Poseidón. Los orígenes del nombre «Poseidón» no están claros. Una teoría lo divide en un elemento que significa ‘marido’ o ‘señor’ y otro que significa ‘tierra’, obteniendo algo como ‘señor o esposo de la Tierra’, lo que lo relacionaría con Deméter, ‘madre de la Tierra’.

Walter Burkert considera que «el segundo elemento da permanece desesperadamente ambiguo» y encuentra la interpretación ‘consorte de la Tierra’ «bastante imposible de demostrar». Otra teoría interpreta el segundo elemento como relacionado con la palabra dawon, ‘agua’ en algunos idiomas indoeuropeos; esto haría que Posei-dawōn fuera el ‘señor de las aguas’. Está también la posibilidad de que la palabra tenga un origen pre-griego.

Las tablillas en lineal B muestran que Poseidón fue venerado en Pilos y Tebas en la Grecia micénica de finales de la Edad del Bronce, pero fue integrado en el panteón olímpico posterior como hermano de Zeus y Hades. Poseidón tuvo muchos hijos y fue protector de muchas ciudades helenas, aunque perdió el concurso por Atenas contra Atenea. Le fue dedicado un himno homérico.

Poseidón era un importante dios municipal de varias ciudades: en Atenas, era el segundo en importancia por detrás sólo de Atenea, mientras en Corinto y en muchas ciudades de la Magna Grecia era el dios jefe de la polis. En su aspecto benigno, Poseidón se concebía creando nuevas islas y ofreciendo mares en calma. Cuando se enfadaba o era ignorado, hendía el suelo con su tridente y provocaba manantiales caóticos, terremotos, hundimientos y naufragios.

Los marineros oraban a Poseidón para tener un viaje seguro, a veces ahogando caballos como sacrificio; de esta forma, según un papiro fragmentario, Alejandro Magno se detuvo en la costa griega antes de la Batalla de Issos y recurrió a las oraciones, «invocando al dios del mar Poseidón, para lo que ordenó que un carro de cuatro caballos fuese lanzado a las olas.»

Según Pausanias, Poseidón fue uno de los guardianes del oráculo de Delfos antes de que el olímpico Apolo lo sustituyese. Apolo y Poseidón colaboraban estrechamente en muchos ámbitos: en la colonización, por ejemplo, Apolo Délfico daba la autorización para partir y asentarse,  mientras Poseidón cuidaba de los colonizadores en su viaje y proporcionaba el agua purificadora para sus fundaciones.

En su Anábasis, Jenofonte describe a un grupo de soldados espartanos en 400–399 a. C. cantando un peán a Poseidón, un tipo de himno destinado normalmente a Apolo. Como Dionisos, que enfervorizaba a las Ménades, Poseidón también provocaba ciertas formas de perturbación mental. Un texto hipocrático de c. 400 a. C., Sobre la enfermedad sagrada, afirma que era considerado culpable de ciertos tipos de epilepsia.


En el arte griego, Poseidón conduce un carro tirado por un Hipocampo o por caballos que podían cabalgar sobre el mar. Estaba asociado con los delfines y las lanzas de pescar de tres dientes (tridentes). Vivía en un palacio en el fondo del océano hecho de coral y gemas. En la Ilíada Poseidón ayuda a los griegos, y en varias ocasiones toma parte activa en la batalla contra las fuerzas troyanas. Sin embargo, en el Libro XX rescata a Eneas después de que el príncipe troyano se rindiese ante Aquiles.

En la Odisea, Poseidón destaca por su odio hacia Odiseo, debido a que éste había cegado a su hijo, el cíclope Polifemo. La enemistad del dios impide a Odiseo volver a su hogar en Ítaca durante muchos años. Incluso se dice a Odiseo, a pesar de su definitiva vuelta segura, que aplacar la ira de Poseidón necesitará más de un viaje por su parte.

En la Eneida, Neptuno sigue resentido con los errantes troyanos, pero no es tan vengativo como Juno, y en el Libro I rescata a la flota troyana de los intentos de la diosa por hundirla, aunque su principal motivación sea su disgusto por la intromisión de Juno en sus dominios. El himno a Poseidón incluido entre los himnos homéricos es una breve invocación, una introducción de siete líneas que se dirige al dios tanto como «el que mueve la tierra y el baldío mal, dios de las profundidades que es también señor del Helicón y de la extensa Egas»,  y especifica su doble naturaleza como olímpico: «un domador de caballos y salvador de barcos».