Bruno fue un asesino en serie
alemán que, según se cree, habría asesinado a más de 80 personas. A pesar de
que es comúnmente considerado como el asesino en serie más mortífero de la
Europa continental, algunos criminólogos han puesto en duda la magnitud de su
actividad, alegando que muchos de sus confesiones fueron forzadas por la
policía para solucionar casos. Bruno nació el 3 de abril de 1908 en Köpenick un
pueblo cerca de Berlín siendo el cuarto hijo de Otto y Emma Lüdke. De pequeño
recibió un traumatismo craneal que limitó sus facultades mentales. Ingresó a la
escuela pública de Köpenick en 1914.
Pero para 1919 los profesores de
Lüdke se percataron de las dificultades de aprendizaje que Lüdke presentaba,
razón por la que fue enviado a una escuela para jóvenes con problemas de
aprendizaje. Sin embargo en 1922 el adolescente se retiró de clases para
trabajar en la lavandería de su familia. Tras el fallecimiento de su padre a
causa de un cáncer de laringe, en 1937, Bruno se vio obligado a encargarse del
trabajo pesado del negocio familiar. Es a partir de 1938 que el joven Lüdke
comienza a tener problemas con la policía local, varias personas se quejaron
del maltrato de éste hacia el caballo que tiraba la carreta de la lavandería.
Al parecer Lüdke azotaba al animal con mucha fuerza. Finalmente, luego de
varios estudios médicos realizados por la policía, se demostró que podía
manejar su carreta sin problemas a pesar de no saber ubicarse en el espacio
tiempo.
El 29 de enero de 1943, unos
niños encontraron el cadáver de Frieda Rössener, una viuda de 59 años que había
sido estrangulada, violada y posteriormente robada. Pronto la policía local de
Köpenick envió un reporte a Berlín y se formó un grupo de tres detectives para
encargarse del homicidio. Los oficiales de Berlín pronto comprendieron que se
trataba de Bruno Lüdke, el gigante del pueblo a quien la gente apodaba tonto o
bruto.
Un detective de nombre Franz
arrestó a Bruno cuando se dio cuenta que tenía manchas de sangre en su ropa, al
preguntarle sobre esto, el gigante dijo que era de una gallina. El investigador
recordó que en la escena del crimen había plumas de dicho animal y pronto
arrestó a Bruno el 18 de marzo de 1943. Después de ser detenido solo Franz
interrogó a Lüdke, al poco tiempo se dio cuenta que las respuestas de Lüdke
servirían para que el criminólogo pueda continuar con la investigación a su
manera. En el interrogatorio declaró:
Ludke: «Yo había agarrado el pollo, lo
reconozco. La vieja estaba sentada en el tronco de un árbol y yo me acerqué.»
Franz: « ¿Y tú que le dijiste?»
Ludke: «Pues, eso, que si quería…
pero ella dijo que no.»
Franz: « ¿Y tú qué hiciste?»
Ludke: «La agarré por el cuello.»
En la medida que la investigación
progresaba, Franz descubrió que si se acercaba a Lüdke de una manera amable, el
gigante le daría toda la información que sus preguntas revelen. Pronto las
investigaciones de Franz descubrieron que Lüdke era el responsable de
estrangular y violar a 51 mujeres en un periodo que se extendía entre 1928 y
1943.
La verdad de estos crímenes
cambió cuando se leyeron los registros policiales de Berlín en los que se
descubrió que Heinz Franz ya sabía de los asesinatos de Mundt, Schulz y los
Umann. El acusado posiblemente solamente "confesaba" lo que el
detective quería escuchar y cuando se mencionaba otra víctima Lüdke
"recordaba" haberla asesinado también, como sucedió en el
interrogatorio de la familia Umann, donde Bruno no dijo nada sobre la señora
Gutermann quien había sido asesinada dos días antes que Lüdke matase a todos
los Umann. En ocasiones Lüdke afirmaba haber matado en Múnich, Hamburgo y hasta
en Berlín, pero cuando era llevado a los estados donde había asesinado, era obvio
que el hombre no sabía dónde estaba.
SENTENCIA Y DESPUÉS DE SU MUERTE
Cuando el informe de los
asesinatos cometidos por Lüdke llegó al escritorio de Heinrich Himmler,
Comandante en Jefe de las SS, ordenó investigar profundamente el caso porque era
imposible que una persona pueda cometer tales atrocidades durante el mandato
del Tercer Reich. Además de esto la población alemana despertaría ante un
régimen que se preparó para la guerra y no para gobernar. No le tomó mucho a
Himmler darse cuenta que Lüdke estaba respondiendo por crímenes que era posible
que no hubiera cometido. Finalmente para apaciguar a la prensa y a las otras
agencias policíacas llevaron a Bruno a los lugares de los crímenes.
En una de las reconstrucciones de
los hechos y, mientras era trasladado en automóvil por el crimen que había
cometido, se adentraron en el bosque de Köpenich cuando, de pronto, el acusado
dijo: "los señores se han pasado de sitio". El conductor dio marcha
atrás, los oficiales le quitaron las esposas a Bruno y le pidieron que indicara
el lugar donde habían ocurrido los hechos. Sin dudarlo un instante, caminó
entre los árboles y señaló un lugar. Después, dijo: "Aquí la encontré,
aquí la golpeé, aquí la estrangulé, aquí la violé".
Bruno no pudo ser enjuiciado por
estrangular y violar a sus víctimas, por la cláusula 51 que decía que una
persona con deficiencias mentales no era responsable de sus actos. Sin embargo
fue usado como conejillo de indias en varias instituciones mentales y
hospitales. Como castigo fue castrado y ejecutado por inyección letal en una
prisión policial de Viena el 8 de abril de 1944. El 26 de abril de 1944,
colocado el Registro Civil en Viena, se realiza un certificado de defunción
para Lüdke, siendo la causa de muerte la siguiente: "degeneración del
músculo cardíaco, agrandamiento del ventrículo derecho, la parálisis del
corazón ".
En 1957, se estrenó la película
“El diablo vino por noche”. La historia sostiene la imagen de Lüdke como uno de
los peores asesinos en serie de Alemania. Los intentos de reabrir el caso por
los miembros de la Kriminalrat (División de asuntos internos de Alemania) no
produjeron ningún resultado. La verdadera naturaleza de los 51 asesinatos queda
sin resolver hasta hoy.