Carl Tanzler o Carl von Cosel (nombre registrado en algunas
bitácoras con su firma) fue un radiologista nacido en Dresde (Alemania), hacia
el año 1920. Trabajó en el Hospital Marine, ubicado en Cayo Hueso (Florida).
Desarrolló una mórbida obsesión por una joven cubano-estadounidense de nombre
María Elena Helen Milagro-Hoyos, una paciente convaleciente de tuberculosis.
Elena Hoyos finalmente sucumbió a la enfermedad. Tanzler sustrajo su cuerpo de
su tumba dos años después de su entierro y la llevó a "vivir" con él
durante 7 años, cuando fue descubierto por sus familiares en 1940.
Tanzler, criado en Alemania, aparentemente se radicó un
tiempo en Australia durante la Primera Guerra Mundial, y en donde pudo haber
sido detenido, Tanzler emigró a Estados Unidos en 1926, vía marítima desde
Rotterdam en febrero de 1926 hacia La Habana (Cuba). Desde Cuba él migró a
Zephyrhills (Florida), en donde se encontraba su hermana, que había emigrado
años antes. Tiempo después se reunirían con él su esposa y sus hijas. Dejando a
su familia en Zephyrhills en 1927 obtuvo trabajo como radiologista en el U.S.
Marine Hospital localizado en Cayo Hueso, bajo el nombre de Carl von Cosel.
Durante su infancia en Alemania y tiempo después, mientras viajaba por Génova
(Italia), Tanzler afirmaba que había sido visitado por visiones de una ancestra
suya ya fallecida, la condesa Anna Constantia von Cosel, quien le reveló el
rostro del gran amor de su vida: una “exótica mujer de cabellos negros”.
El 22 de abril de 1930, mientras trabajaba en el Marine
Hospital, en Cayo Hueso, Tanzler conoció a María Elena Helen Milagro-Hoyos
(1910-1931) una residente de origen cubano-estadounidense quien había sido
llevada por su madre a su consultorio médico para un examen fisiológico.
Tanzler inmediatamente reconoció en ella a “la mujer de cabellos negros” que le
había sido revelada por el fantasma de su tía en sus visiones anteriores. De
cualquier manera Hoyos era vista como una belleza local en Cayo Hueso.
Finalmente Hoyos fue diagnosticada con tuberculosis, una
enfermedad casi siempre fatal en aquellos años, en algunos casos el
padecimiento cobraba la vida de familias enteras. Tanzler, con su autoaprendido
“conocimiento médico”, intentó tratar y curar a Hoyos con una variedad de
tratamientos y de medicinas, desde rayos X y equipos eléctricos que fueron
llevados hasta la misma casa de Elena. Tanzler ofreció a Hoyos regalos, joyas y
ropas, declarándole su amor profeso, aunque no existe evidencia que demuestre
que sus afectos hayan sido correspondidos, mientras Hoyos vivía.
A pesar de los mejores esfuerzos de Tanzler, Hoyos finalmente
murió de tuberculosis terminal en el domicilio de sus padres el 25 de octubre
de 1931. Siguiendo a esto, Tanzler pagó los gastos funerarios, y obtuvo el
permiso de la familia Hoyos para la construcción de un Mausoleo en el
Cementerio de Cayo Hueso, el cual él visitaba cada noche. En abril de 1933
Tanzler extrajo el cuerpo de Hoyos del mausoleo y lo transportó a su casa en
una pequeña carretilla de juguete.
Tanzler unió los huesos con alambre y ganchos para ropa y
lleno las cuencas vacías con ojos de vidrio. Como la piel del cuerpo se
encontraba en un avanzado estado de putrefacción, Tanzler lo reemplazó con tela
de seda empapada en Yeso de París. Cuando el pelo comenzó a caerse del cráneo
por descomposición del cuero cabelludo, Tanzler ideó el utilizar una peluca que
previamente Hoyos había usado y que su madre le había facilitado poco después
de su funeral en 1931. Tanzler llenó la cavidad abdominal y el pecho con
harapos para que mantuviera la forma original y el cuerpo de Hoyos, vestido con
medias, joyas y guantes, fue colocado en la cama del radiologísta. Carl utilizó
copiosas cantidades de perfume y desinfectantes y agentes preservadores de
tejidos para enmascarar el olor y retrasar los efectos de la descomposición del
cadáver.
En octubre de 1940, la hermana de Elena, Florinda escuchó
rumores de que Carl dormía con el cuerpo desenterrado de su hermana y al
confrontar a Tanzler en su domicilio, finalmente descubrió que efectivamente el
cuerpo de su hermana estaba ahí. Florinda notifico a las autoridades y Tanzler
fue detenido. Fue examinado psiquiátricamente y se le encontró mentalmente
competente para afrontar un juicio bajo los cargos de “destrucción maliciosa y
lasciva de una tumba y extraer el cuerpo sin autorización”. Después de una
audiencia preliminar verificada en octubre de 1940 en la Corte de Monroe County
(en Florida), Tanzler fue presentado para responder a los cargos presentados,
pero el caso fue cerrado y Tanzler liberado debido a que los estatutos de
limitación (prescripción) del delito habían expirado.
Poco después del descubrimiento del cuerpo de Elena por las
autoridades, el cuerpo fue examinado por médicos y patólogos, y fue puesto a la
vista pública en la funeraria Dean-López, en donde fue visto por más de 6800
personas. Finalmente el cuerpo de Hoyos fue regresado al cementerio de Cayo
Hueso, donde permanece en una sepultura incógnita, en una locación secreta a
fin de evitar posteriores profanaciones. Los hechos y la audiencia preliminar,
atrajeron la atención de los medios en aquel tiempo, y causó la sensación entre
el público local cuyo humor fue generalmente simpatizante con Tanzler a quien
se le veía como un “romántico” excéntrico. Aunque se piensa que no fue
reportado contemporáneamente, investigaciones posteriores han revelado la
evidencia de que Tanzler practicaba la necrofilia con el cadáver de Hoyos.
Los médicos quienes practicaron la necropsia de los restos de
Elena recordaron que había insertado un tubo de metal envuelto en seda en la
vagina del cadáver y que tenía el fin de permitir el intercambio sexual. Sin
embargo otros afirman que no existió evidencia de necrofilia presente en el
momento de la audiencia preliminar, y porque las "pruebas"
presentadas en 1972 a más de 30 años del caso ya cerrado, y que presumían
necrofilia no tenían ningún fundamento. Mientras, no hay fotografías que
hubiesen sido tomadas durante la exposición pública y que demostraran la
existencia del tubo.
Hacia 1944, Tanzler se mudó a Pasco County (Florida), cerca
de Zephyrhills, en donde escribió su autobiografía, la cual apareció en la
novela de fantasía y ficción Fantastic Adventures, en 1947. Su casa se
encontraba en proximidad de la casa de su esposa Doris, quien aparentemente le
ayudó a vivir sus últimos años de vida. Tanzler recibió la ciudadanía
estadounidense en 1950 en Tampa. Separado de su objeto de obsesión, Tanzler
utilizó una máscara mortuoria para recrear una efigie de tamaño natural de
Hoyos y vivió con ella hasta su muerte, ocurrida el 3 de julio de 1952. Su
cuerpo fue encontrado en el piso de su domicilio tres semanas después de su
muerte. Murió bajo el nombre de Carl Tanzler.